La polémica sobre la extrema delgadez de las modelos no abandona la pasarela madrileña, que insiste en querer dar una «imagen saludable»
La directora de Pasarela Cibeles, Cuca Solana, rechazó ayer las denuncias que la Asociación en Defensa de la Atención de la Anorexia Nerviosa y la Bulimia (Adaner) viene haciendo sobre el bajo peso de las modelos que participaron en la pasada edición del certamen, y aseguró que las maniquíes que tomaron parte en los desfiles usan las tallas 38 o 40, «nunca la 34», con lo que Cibeles «no representa la extrema delgadez».
Solana respondía con estas palabras a la reapertura del vínculo entre moda y anorexia, reavivada a raíz de que varias modelos que desfilaron en Cibeles confesaran en televisión que usaban tallas 34 y 36 y que sabían que sus carreras peligraban si aumentaban de peso. Adaner decidió entonces denunciar el incumplimiento, por parte de diseñadores y organizadores del evento, del compromiso de no utilizar modelos con tallas inferiores a la 38 que sellaron en 1999 en respuesta a una recomendación del Senado.
La 34, incompatible
La directora de la pasarela madrileña precisó en rueda de prensa que a las modelos se les exige «profesionalidad y buen tipo, pero sobre todo que transmitan una imagen saludable», lo que parece a todas luces incompatible con ajustarse a una talla 34, «que los diseñadores no traen a la pasarela». Dos de ellos, Francis Montesinos y Roberto Torretta, declararon ayer que sus modelos son mujeres «sanas y con curvas» y que ellos trabajan sobre tallas 38 «arregladas».
Desde Adaner, en cambio, se tacha de «insulto» la presencia de modelos extremadamente delgadas en Cibeles y se insiste en que, más allá de los desacuerdos en torno a las tallas -que no han llegado a homologarse, a pesar de que el requerimiento de la Cámara Alta incluía este aspecto-, han observado «índices de masa corporal en algunas de ellas que la Organización Mundial de la Salud establece como criterios de ingreso hospitalario». Responsables de la asociación explicaron a ABC que un ratio saludable exige unos 60 kilos para una mujer de más de 1,75 metros, media de altura que superaban las modelos de Pasarela Cibeles. «Negarlo es echar balones fuera, y estamos convencidos de que la dirección de la pasarela no se dedica a comprobar las tallas», aseguran en Adenar.
El cruce de declaraciones ha salpicado a la Comunidad de Madrid, que subvencionó Pasarela Cibeles con más de 400.000 euros y a la que Adaner y el PSOE han pedido explicaciones. El debate político, no obstante, no debería desviar la atención sobre las implicaciones reales que en la salud pública tiene el canon de belleza que representan las modelos. Mientras Solana llama la atención sobre el cuidado que pone Cibeles en fomentar la salud, Adaner replica: «Sería antimédico decir que la moda propicia la enfermedad, pero ayuda a mantenerla y la alienta».
http://www.abc.es/abc/pg060223/prensa/noticias/Gente/Gente/200602/23/NAC-GEN-146.asp
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http://www.elsemanaldigital.com/arts/46445.asp
La directora de Pasarela Cibeles, Cuca Solana, rechazó ayer las denuncias que la Asociación en Defensa de la Atención de la Anorexia Nerviosa y la Bulimia (Adaner) viene haciendo sobre el bajo peso de las modelos que participaron en la pasada edición del certamen, y aseguró que las maniquíes que tomaron parte en los desfiles usan las tallas 38 o 40, «nunca la 34», con lo que Cibeles «no representa la extrema delgadez».
Solana respondía con estas palabras a la reapertura del vínculo entre moda y anorexia, reavivada a raíz de que varias modelos que desfilaron en Cibeles confesaran en televisión que usaban tallas 34 y 36 y que sabían que sus carreras peligraban si aumentaban de peso. Adaner decidió entonces denunciar el incumplimiento, por parte de diseñadores y organizadores del evento, del compromiso de no utilizar modelos con tallas inferiores a la 38 que sellaron en 1999 en respuesta a una recomendación del Senado.
La 34, incompatible
La directora de la pasarela madrileña precisó en rueda de prensa que a las modelos se les exige «profesionalidad y buen tipo, pero sobre todo que transmitan una imagen saludable», lo que parece a todas luces incompatible con ajustarse a una talla 34, «que los diseñadores no traen a la pasarela». Dos de ellos, Francis Montesinos y Roberto Torretta, declararon ayer que sus modelos son mujeres «sanas y con curvas» y que ellos trabajan sobre tallas 38 «arregladas».
Desde Adaner, en cambio, se tacha de «insulto» la presencia de modelos extremadamente delgadas en Cibeles y se insiste en que, más allá de los desacuerdos en torno a las tallas -que no han llegado a homologarse, a pesar de que el requerimiento de la Cámara Alta incluía este aspecto-, han observado «índices de masa corporal en algunas de ellas que la Organización Mundial de la Salud establece como criterios de ingreso hospitalario». Responsables de la asociación explicaron a ABC que un ratio saludable exige unos 60 kilos para una mujer de más de 1,75 metros, media de altura que superaban las modelos de Pasarela Cibeles. «Negarlo es echar balones fuera, y estamos convencidos de que la dirección de la pasarela no se dedica a comprobar las tallas», aseguran en Adenar.
El cruce de declaraciones ha salpicado a la Comunidad de Madrid, que subvencionó Pasarela Cibeles con más de 400.000 euros y a la que Adaner y el PSOE han pedido explicaciones. El debate político, no obstante, no debería desviar la atención sobre las implicaciones reales que en la salud pública tiene el canon de belleza que representan las modelos. Mientras Solana llama la atención sobre el cuidado que pone Cibeles en fomentar la salud, Adaner replica: «Sería antimédico decir que la moda propicia la enfermedad, pero ayuda a mantenerla y la alienta».
http://www.abc.es/abc/pg060223/prensa/noticias/Gente/Gente/200602/23/NAC-GEN-146.asp
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