La primera vez que vi a la periodista Aphrodite Jones en el Palacio de Justicia de Santa Maria, California, en el caso de Michael Jackson, me volví en otra dirección. No quería tener nada que ver con la Sra. Jones. La primera vez que mis ojos se encontraron con los de la Sra. Jones, le eché una mirada profunda y fría. Si las miradas mataran, ella estaría enterrada.
Yo asociaba a Aphrodite Jones con una apisonadora de los medios de comunicación internacionales que se esforzaron duramente por ver a Michael Jackson condenado y destruido. Nunca en mi vida o carrera me había encontrado en medio de tal frenesí enloquecido, deshonesto y manipulador. A pesar de la presencia de muchos periodistas honorables, el fantasma de los beneficios parecía ensombrecer aquello que debía ser veraz, correcto y prudente.
Aproximadamente un año después de que Michael Jackson fuera exonerado, me encontré inesperadamente con la Sra. Jones en una galería de arte en Beverly Hills, para celebrar la publicación de una serie de bocetos sobre juicios de gran repercusión. Por primera vez tuve una discusión franca con la Sra. Jones. Le dije que había visto la televisión durante el juicio de Scott Peterson y la observé apoyar con demasiada familiaridad su cabeza en el hombro del abogado defensor Mark Geragos. Esto apareció en todos los noticieros de la noche sobre el juicio de Peterson, y en mi opinión, fue un aspecto terrible para la Defensa. Nada parecido me iba a pasar a mí©.
La Sra. Jones dijo que me entendía por completo y respetaba mucho mi estilo y el enfoque en la defensa de Michael Jackson. Ella alegó que estaba teniendo dudas sobre la forma en que los medios de comunicación trataron e informaron sobre el juicio. Incluso indicó que sentía cierta culpabilidad por la forma en que había quedado atrapada en el frenesí de los medios por retratar al Sr. Jackson de la peor manera posible. La Sra. Jones dijo que estaba considerando la posibilidad de escribir un libro veraz sobre la realidad del juicio a Michael Jackson y la distorsión de gran parte de la prensa en sus reportajes.
© (1) Ver fotografía explicativa “5 de agosto, 2004”: Al final del libro, en la página 501 del ANEXO.
Yo asociaba a Aphrodite Jones con una apisonadora de los medios de comunicación internacionales que se esforzaron duramente por ver a Michael Jackson condenado y destruido. Nunca en mi vida o carrera me había encontrado en medio de tal frenesí enloquecido, deshonesto y manipulador. A pesar de la presencia de muchos periodistas honorables, el fantasma de los beneficios parecía ensombrecer aquello que debía ser veraz, correcto y prudente.
Aproximadamente un año después de que Michael Jackson fuera exonerado, me encontré inesperadamente con la Sra. Jones en una galería de arte en Beverly Hills, para celebrar la publicación de una serie de bocetos sobre juicios de gran repercusión. Por primera vez tuve una discusión franca con la Sra. Jones. Le dije que había visto la televisión durante el juicio de Scott Peterson y la observé apoyar con demasiada familiaridad su cabeza en el hombro del abogado defensor Mark Geragos. Esto apareció en todos los noticieros de la noche sobre el juicio de Peterson, y en mi opinión, fue un aspecto terrible para la Defensa. Nada parecido me iba a pasar a mí©.
La Sra. Jones dijo que me entendía por completo y respetaba mucho mi estilo y el enfoque en la defensa de Michael Jackson. Ella alegó que estaba teniendo dudas sobre la forma en que los medios de comunicación trataron e informaron sobre el juicio. Incluso indicó que sentía cierta culpabilidad por la forma en que había quedado atrapada en el frenesí de los medios por retratar al Sr. Jackson de la peor manera posible. La Sra. Jones dijo que estaba considerando la posibilidad de escribir un libro veraz sobre la realidad del juicio a Michael Jackson y la distorsión de gran parte de la prensa en sus reportajes.
© (1) Ver fotografía explicativa “5 de agosto, 2004”: Al final del libro, en la página 501 del ANEXO.
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