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OperaciÓn Policial Contra La Delincuencia Rumana

UNO DE CADA DIEZ RUMANOS QUE VIVEN EN ESPAÑA TIENE ANTECEDENTES POLICIALES


Más de medio millón de rumanos, según los últimos datos oficiales, viven en España. Pues bien, según fuentes del Ministerio del Interior de ese país consultadas por ABC, en torno a un diez por ciento de ellos; es decir, unas cincuenta mil personas, tienen antecedentes policiales. Aunque entre ellos hay un considerable número de criminales muy peligrosos, la mayor parte se dedica a la pequeña delincuencia, que sin ser grave es la que provoca en la población una sensación de inseguridad.
El Gobierno de ese país es perfectamente consciente del problema de seguridad ciudadana que supone para España la presencia de estos individuos y precisamente por ello colaboran «con la máxima intensidad» con nuestras Fuerzas de Seguridad, que a su vez reconocen el «esfuerzo e interés» de sus colegas para abordar el asunto. «Cada día esa colaboración es más eficaz -explican fuentes policiales españolas-. Hay un intercambio fluido de información, prácticamente en tiempo real, y la Policía rumana presta valioso apoyo y participa en las investigaciones contra los grupos mafiosos de su país que actúan aquí», tal como ya se ha visto en operaciones recientes, como la «Braila».
Facilidad de movimientos
Esa cooperación resulta aún más necesaria después de que el 1 de enero del pasado año Rumanía ingresara en la Unión Europea, lo que supone la libre circulación de sus ciudadanos por los países miembros y, por tanto, mayor facilidad de movimientos para los grupos criminales. El Gobierno rumano es consciente de ello y de la mala imagen que supone para su país la actuación de esas bandas fuera de sus fronteras, por lo que está volcado en ayudar a combatirlas.
Fuentes de la Embajada rumana en España añaden otros datos. Mientras que en 2006 un total de 28.839 de rumanos fueron detenidos en nuestro país, el año pasado esa cifra se rebajó hasta los 11.346 arrestos. La razón principal para explicar ese importante descenso es que tras la entrada en la UE, como es lógico, ya no se puede detener a un rumano por estancia ilegal en nuestro país.
Eso sí, todas los expertos consultados advierten de que el mantenimiento de la moratoria hasta finales de este año que impide a estos trabajadores y a los búlgaros acceder a un puesto de trabajo en España con la misma libertad que el resto de países miembros de la UE no hace más que acrecentar no sólo el empleo ilegal sino también, en no pocas ocasiones, la delincuencia.
Desde que, en 2000, comenzara el éxodo de rumanos a España -que, paulatinamente, ha ido creciendo hasta convertirse en comunidades como Madrid en la segunda nacionalidad tras los españoles-, se ha detectado que los principales delitos cometidos por esos ciudadanos son de seis tipos. El principal, el tráfico ilícito de personas y, como consecuencia de ello, la prostitución ilegal. Este «negocio» es el que, a corto plazo, resulta más boyante para las mafias. Además, en algunos casos va parejo a otro tipo de modalidades delictivas.
Las estafas bancarias a través de la clonación de tarjetas es otro de los grandes puntales de la criminalidad que viene de ese país. La Policía se ha visto obligada, incluso, a crear grupos operativos especiales para luchar contra uno de los delitos que más crece, sobre todo, en ciudades como Madrid.
Otro de los asuntos más visibles es la mendicidad, tanto infantil como de adultos, que deriva en delincuencia callejera, muy común, sobre todo, en las zonas céntricas de las ciudades. La especialización técnica de las mafias rumanas -con gran formación en este sentido- se concreta también en los asaltos a viviendas y los robos de vehículos. Finalmente, se han detectado numerosos golpes bajo el epígrafe robos con fuerza, como butrones en joyerías y otro tipo de comercios «apetitosos».
Investigaciones
El capítulo de cifras también resulta revelador: en 2007, la Policía investigó a 26 redes vinculadas al tráfico de personas y 18 especializadas en falsificaciones bancarias y tarjetas clonadas. Una de las operaciones más importantes tuvo lugar en Valencia, donde se imputó a 26 personas en una trama de falsificación de tarjetas de crédito. En esa comunidad y en la de Madrid también se detuvo a 37 gitanos rumanos procedentes de Tanderei (Rumanía) y dedicados a la pequeña delincuencia callejera.
Hasta septiembre de 2007, el 43% de los 11.346 rumanos detenidos en España se debían a delitos de estafas bancarias; el 13%, a robos en el interior de viviendas; el 8%, a la explotación laboral, y un 2% por delincuencia callejera y mendicidad.
A finales del año pasado, tal como informó ABC, se produjo un momento de preocupación a raíz de la decisión del Gobierno rumano de aprobar un decreto por el cual este país podía deportar a ciudadanos comunitarios por motivos de seguridad. Ese decreto fue consecuencia del asesinato de una mujer en Roma a manos de un rumano, lo que fue el detonante para que las autoridades del país desmantelaran numerosos campamentos de gitanos rumanos, que fueron expulsados.
Las Fuerzas de Seguridad españolas estuvieron muy pendientes de esos acontecimientos, ya que se temía que muchos de los expulsados por Italia viajaran a nuestro país. Las autoridades rumanas, una vez más, colaboraron al máximo en el seguimiento de estos individuos, si bien esa llegada masiva no se llegó a producir aunque sí se detectaron comunicaciones entre los deportados y residentes en España en las que éstos les invitaban a venir, «porque aquí no tendrían esos problemas».
San Fernando de Henares
La mayor parte de los expulsados viajaron a Austria, y a nuestro país apenas lo hicieron seis o siete. Sin embargo, en las últimas semanas esa realidad ha cambiado y se ha detectado en San Fernando de Henares (Madrid) un grupo de 60 rumanos gitanos, procedentes de Italia. La Policía, con la colaboración de sus colegas de Rumanía, ya trabaja sobre este asunto para evitar que este grupo se convierta en un foco de delincuencia. En cualquier caso, no se puede criminalizar al colectivo de inmigrantes rumanos, que en su gran mayoría viaja a España por motivos económicos. Un dato lo demuestra: el 3 por ciento del Producto Interior Bruto de ese país ha sido enviado desde España, Francia e Italia.
 
Ayer saliendo del curro, iba con dos compañeros mios y volvi a ver a tres menores rumanos cerca de la estación de Atocha, cruzando un paso de cebra, por supuesto, nos quedamos mirandolos y iban detras de un pobre japonesito. Mientras dos miraban para atras para observar si algun Policia los veia, la tercera poco a poco iba abriendo la mochila al japones sin este darse cuenta.

Al segundo ya tenía la cartera en su bolsillo, falto tiempo jajajaja para que uno de mis compañeros se lanzara a por la rumana y le quito la cartera y se la devolvimos al pobre Japones.

Ya es la segunda vez que me pasa en el mismo sitio, justo al lado de la discoteca Kapital, por donde el Kentucky Fried Chicken o el Mac Donald´s.

No me quiero ni imaginar la de carteras que habrían quitado durante toda la mañana, si en un sólo minuto habian quitado con esa soltura una cartera. El otro día igual , en un mínuto le robaron otra a una pobre inglesa.

Se aprovechan de los pobres turistas que muchos no quieren denunciar y de inimputabilidad al tratarse de menores. Al mismo día de llevarlos al centro de menores, los padres los recogen y al siguiente día ya estan denuevo en la calle para seguir delinquiendo.

El otro día igual, dos chicas menores rumanas en un cajero del BBVA, menos mal que al siguiente día las pillamos.

Tienen breados/machacados todos los cajeros en Madrid.

Sobre todo hurtan y roban con violencia e intimidación en los cajeros del BBVA y CAJA MADRID.
 
La Policía achaca al éxodo de rumanos de Italia el repunte de los asaltos en Centro




CARLOS HIDALGO. MADRID



«Éstas están siendo las peores Navidades de la historia». Así de categóricas son las declaraciones de funcionarios de la Policía Nacional que trabajan en el centro de la capital. Dicen que el repunte de la delincuencia en el distrito, ya de por sí una constante en estas fechas prenavideñas, está siendo aún mayor este diciembre. Cada vez hay más bandas de ladrones y, lo que es peor, muchas de ellas son de menores, especialmente rumanos.

En el centro, la Policía tiene controladas de diez a quince bandas de menores rumanos. Buena parte de los robos que se cometen en esa zona de la capital se deben a ellos. Muchos no llegan, ni siquiera, a adolescentes. Son niños, procedentes de los poblados de Peñagrande (Fuencarral-El Pardo) y la Cañada Real (Villa de Vallecas), así como de la zona más degradada de Valdemingómez. Y, en Navidad, con las bullas, las compras, el tránsito de turistas y el trajín diario, redoblan sus «fuerzas».

Leyes débiles
Pero las fuentes consultadas tienen muy clara otra razón, no menos importante: el endurecimiento de las leyes contra la inmigración rumana en Italia. «Y la debilidad de las españolas», añaden. Consideran que se está produciendo un éxodo de delincuentes rumanos a nuestro país y que eso se está notando en el día a día, desde hace no mucho. «Hay niños de estas bandas que no habíamos visto nunca». Han variado sus horarios y casi multiplicado por dos, para poder ser más efectivos.

Tan sólo los robos en cajeros automáticos han crecido un 1.000 por cien. Los suelen cometer estos menores, que han sido instruidos para ellos por sus propios padres. La técnica es sencilla, pero efectiva: los niños van un grupo de tres o cuatro. Se acercan a alguien que esté sacando dinero del cajero.

Cuando el usuario ha introducido su número secreto y ha oprimido la opción sacar dinero, uno de los menores se acerca y le distrae, bien propinándole un puntapié, haciendo amago de que le roba el bolso o mareándole con la venta de un periódico. Es en ese momento cuando otro menor teclea la cantidad que debe expedir el cajero. Lo que suelen hacer es pedir 300 euros, que es uno de los topes que han marcado algunos bancos, a raíz de los numerosos robos que se están produciendo. Cuando la víctima se percata, los menores ya están huyendo con el dinero.

«Hay un niño de unos 11 años que suma 19 robos», comentan en la Policía, y recuerdan uno de los últimos casos, de hace apenas unos días, cuando atraparon a un niño de 8 años con dos teléfonos móviles escondidos en los calzoncillos.

Con semejante panorama, la comisaría de Centro, la de mayor carga de trabajo de Europa y la segunda del mundo, espera batir su propio récord de detenciones al finalizar este año, con un total de 7.000. El 93% son extranjeros.

Pero los mayores de edad procedentes de Rumanía tampoco le van a la zaga. Tienen residencia legal en España desde el pasado 1 de enero, pero no por ello libertad para trabajar como cualquier otro comunitario, hasta que no se elimine la moratoria que pesa sobre ellos. Y eso provoca situaciones de exclusión social, que deriva en muchos casos en delincuencia
Los grupos de delincuentes adultos van en grupos más reducidos y se dedican, sobre todo, a robar en perfumerías y tiendas de moda del centro. Buena parte de las colonias y fragancias las mandan por correo a su país, donde triplican el valor. El «modus operandi» es antiguo: forrar con papel de aluminio el interior de bolsos y meter ahí los productos robados, burlando los detectores de seguridad de los comercios. El destino de la ropa robada es variado. Parte de las prendas se las quedan los propios ladrones. Los productos electrónicos sustraídos, como ordenadores y cámaras, se los venden a camellos árabes y algunos locutorios de Lavapiés, y así sacan dinero para pagar el alquiler. Pero quizá lo más curioso es que la ropa de marca que roban por las mañanas se las venden a prostitutas que ejercen en locales de alterne del centro, puesto que estas mujeres necesitan ir lo mejor vestidas posible para trabajar.

Todo esto arroja el siguiente dato: en noviembre y diciembre, los robos están creciendo en torno a un 150%, hasta alcanzar la media de 150 delitos de este tipo al día. Y eso son sólo los que se denuncian.
 
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Kapital... estoy de acuerdo en que hay que endurecer la LORPM, pero hay que tomar medidas con quienes se aprovechan de los menores para delinquir, sus padres o responsables.

Estuve hace una semana en un curso de Protocolo de Actuación Policial con Menores... y quedó más que claro que si el Juzgado de Menores y por facultad de este La Fiscalía Adscrita, que la legislación actual aporta los intrumentos legales necesarios para actuar contra los menores y también contra los que los dejan en una situación de Desampara que pueda desembocar en comportamientos delictivos.

Está establecido, por lo menos en lo que a la Comunidad A. Canaria se refiere, que si un menos delinque o se encuentra en una situación de riesgo que propicie comportamientos delictivos y los responsables, ya sea por dejadez o por incompetencia en su educación, son los progenitores o quienes tengan la patria potestad... se les pueda retirar a sus hijos para insertarlos en Centros de Acogida o Protección y así poder reeducarlos y encauzar estos comportamiento, e incluso dándolos en adopción en familias más capacitadas.

En el caso de que estas medidas no resulten, se dispone del Centro de Reforma, que con medidas reinsertadoras y educativas durante el tiempo de internamiento, pueden ayudar a estos menores a retomar un camino que no necesariamente desemboque en un delincuente en potencia tras la mayoría de edad.

Mano dura en este sentido si, pero hay que tener en cuenta muchos factores. Si el menor se puede reeducar, esa debe ser la prioridad.

Lo que no puede estar supeditado, son los derechos de las víctimas a los de los menores... la sociedad no se puede cruzar de brazos ante esta problemática por el hecho de que sean menores. La legislación prevee los castigos y medidas de protección para con los menores infractores o delincuentes... en ese sentido no nos puede temblar el pulso, siempre teniendo en cuenta el beneficio para el menor, pero no dejando desamparadas a las víctimas de estos hechos delictivos.
 
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