PSOE: CRONOLOGÍA DE UN SUICIDIO LARGAMENTE ANUNCIADO
1) José Luis Rodríguez Zapatero emprende un giro radical a su política en mayo de 2010, forzado por poderes contramayoritarios de carácter supranacional (agencias privadas de calificación, FMI, Banco Central Europeo, Comisión Europea, bajo el mandato de Mario Draghi). Aboga por no preservar su dignidad política, al enjuiciar incompatible el anuncio de ajustes draconianos -que iniciaron la senda del austericio que conlleva manifestando nuestro país desde entonces- con el programa electoral con el que se había presentado (con éxito) a la reelección en las legislativas de 2008, anticipando los comicios, en los cuales, aun con una derrota de los socialistas, podrían éstos haber minimizado los daños colaterales en las urnas ante un PP que, con un mayor cúmulo de años en el poder, dada su inoperancia en el Gobierno -como se ha evidenciado- habría salido calcinado en una nueva reválida electoral. El PSOE, a buen recaudo, a resguardo, y preservando su imagen de marca, para conservarla inmaculada en la reserva durante algún par de años, para así retornar al gobierno con la conciencia intacta y con capacidad de reformar sus estructuras, desgastándose en cambio su contrincante en las instituciones.
Consecuencia: Zapatero se convierte en un cadaver político y el PSOE queda muy malparado, transmutado de principal referente socio-político de centro-izquierda en nuestro país desde 1977 y alternativa de gobierno a la derecha personificada por el Partido Popular, a simple apéndice del modelo neoliberal que sufrimos en la Eurozona, como alternancia a un modelo compartido con su álter ego conservador: la ancilaridad de la política, sumida en la impotencia y la resignación ante el poder embaucador del dinero y el abandono de sus ideas-eje programáticas, edificadoras antaño de un modo de concepción de vida en comunidad de signo transformador y progresista, vindicativo en pro de la igualdad de oportunidades, la erradicación de las injusticias sociales y el fomento del Estado del Bienestar, por su apuesta por el déficit cero, plasmada en la reforma acelerada de la Carta Magna (artículo 135) en apenas unas horas -la cual se juzgaba en el pasado como inmodificable, como Tablas de la Ley sagradas-, con nocturnidad y alevosía, sin conocimiento -ni voz ni voto- de la ciudadanía, con tal de recibir el aval de los mercados, y así, preservar su disponibilidad de sobrevivir políticamente, manteniendo moqueta de poder, a cambio de su descafeinamiento más absoluto. Se asiste al nacimiento del PSOE, partido de claque. Hueco y vacío. Un cascarón carente de ilusión y dinamismo. Con él, comienzan a tambalearse los cimientos del régimen del 78.
2) 2011: ante la demanda de cambio y renovación en la sociedad, el PSOE opta por designar como candidato a la Presidencia del Gobierno a un dinosaurio de la vieja guardia llamado Alfredo Pérez Rubalcaba. Todo sin contar con que era el vicepresidente de ZP y, por tanto, casi tan responsable como éste de la acción de gobierno en la segunda legislatura (2008-2011) y el consiguiente desprestigio del PSOE.
Consecuencia: se convocan las elecciones generales y el PSOE queda aún más tocado. Mínimo histórico desde la Transición a la democracia: 110 diputados. Por debajo del umbral legado por Joaquín Almunia. Se ha abierto una brecha de agua en el casco del partido.
3) 2012: el PSOE, después del fracaso anunciado de Rubalcaba, en vez de comenzar un tratamiento en la UCI (catarsis inmediata de sus estructuras organizativas), unge como Secretario General al... ¡mismísimo Rubalcaba!, por escaso margen.
Consecuencia: el PSOE, como el Titanic, en sus primeros momentos comienza a hundirse lentamente y sin remisión. Es percibido, a partir de ese momento, más como parte del problema, que como exponente de la solución a los males de nuestro sistema político.
4) 2014 (I): llegan las Elecciones Europeas y -para sorpresa de nadie- el PSOE ha seguido naufragando en medio de su, cada vez, más creciente invisibilidad política como alternativa creíble al modelo neoliberal, durante dos años más. Pero esta vez hay un problema: ha surgido un pequeño partido llamado Podemos que señala que el Rey está desnudo y forja una alternativa que, como mínimo, recuerda al PSOE de sus orígenes, cuando aún no había perdido las 'S' y 'O' de sus siglas. Un halo de esperanza en medio del tedio pavoroso (Rajoy, Floriano, Cospedal, Ana Botella) que nos rodea.
Consecuencia: comienza la metástasis del PSOE y empiezan a olfatear su querido (al menos si los actos juzgan intenciones) lecho marino. Cunde el pánico entre los pasajeros y tiran al capitán Rubalcaba por la borda.
5) 2014 (II): el vacío de poder y las pequeñas intrigas entre los poderosos del partido propician el desembarco al liderazgo del partido a un grumetillo despistado, majete y de buen porte llamado Pedro Sánchez que sostiene que aquí no pasa nada y que con mimitos y arrullos el barco no se hunde. Se persona en espacios televisivos, mediáticamente tan prestigiosos para el fortalecimiento de la, en términos generales, ínfima cultura democrática de los españoles, como El Hormiguero, o Sálvame. La jefa de máquinas (Susana Díaz) no opina de igual modo, disponiendo ya en su haber de una llave inglesa que golpea rítmicamente contra la palma de su mano. Mientras tanto, un tal Pablo Iglesias (azares del malhadado destino, de nombre idéntico al del fundador histórico de los socialistas, en 1879) se dedica a recoger supervivientes en su nueva y flamante embarcación recién comprada.
Consecuencia: situación actual y amenaza de desbandada en el PSOE, hasta sumirlo en la residualidad política, tal y como algunos sondeos demoscópicos ya vaticinan.
ORÁCULO FUTURISTA (dos desenlaces presumibles)
A) La jefa de máquinas pensó: "cuando el agua llegue a la cubierta (autonómicas y municipales), me lo cargo". Y así lo hizo. Pero ya era tarde, el barco se había hundido por completo, sin capacidad de redención.
B) El grumete siguió al mando, y como se trataba de un romántico se hundió con el barco. Al menos, las generaciones futuras cantarán su épica y trágica historia, como si del mito de Prometeo y Pandora se tratara.
MORALEJA: si reaccionas tarde, mal y a rastras, probablemente palmas. Zapatero y Rubalcaba encarnarían al capitán, y quienes siguieron navegando a toda máquina sin reparar en el sumidero por el que se adentraban sin remedio -y sin ser conscientes de ello-, mientras que Pedro Sánchez sería el director de la Orquesta, que seguía tocando como si nada aconteciera a su alrededor, mientras a su lado todo se venía abajo, como si de una mismísima maniobra de aluminosis se hubiera estado gestado lentamente a su paso. La Jefa de la Sala de Máquinas (Susana Díaz) prosigue dirigiendo la única parte del barco que aún funciona medianamente bien y que podría resistir algún tiempo más a flote, pero que a la larga correrá la misma suerte que el resto del barco.
Mientras tanto, y ajeno a la hecatombre desencadenada, el antiguo Capitán durante muchos años en los tiempos de bonanza y viento favorable racheado (Felipe González) ha sido evacuado del barco con los pasajeros de primera clase.
Un cordial saludo a todos.