Es difícil, muy difícil averiguar la causa de nuestra infelicidad, porque la mayoría la siente en mayor o menor grado.
Estoy de acuerdo en que conformarse con lo que tenemos y aceptar la vida tal y como nos viene (ya que a menudo no hay forma de cambiar los acontecimientos) puede acarrearnos fuertes dosis de felicidad, pero hay que asumir que conseguirlo es sumamente difícil. Quizás conocernos a nosotros mismos, y averiguar lo que queremos en realidad y no lo que nos diga la sociedad que es lo mejor para nosotros, sea la clave de nuestra felicidad. Estamos muy condicionados por el mundo que nos rodea y debemos revelarnos con todo lo "impuesto" que no nos transmita nada, que no nos aporte nada a nivel individual.
Vivimos en un mundo competitivo, tremendamente egoísta, en el que nos dicen que hay que avanzar, superarnos. Para mi la superación viene de otro lado, no del material (que muchas veces me aporta pequeñas dosis de felicidad, pero pasajera), mi verdadera riqueza reside en el amor, en el que sea capaz de sentir, y en el que pueda recibir. Es lo que me hace sentir realmente feliz. Una vez en el trabajo dije que no quería ascender porque ello conllevaba responsabilidades que no iban conmigo, es lo que quiero, ser un currito y ya está, pues me tacharon de no tener aspiraciones, de tirar piedras en el tejado del avance de la mujer. Pero bueno!! ¿Sólo existen aspiraciones laborales? ¿Por ser mujer tengo que intentar progresar laboralmente para elevar el listón femenino? Me parece perfecto que otras mujeres busquen su satisfacción en ese ámbito, a mi no me sirve, y por eso no es menos válido mi criterio personal. Cuánto estereotipo nos condiciona, no dejemos que lo hagan si así no lo queremos, seamos nosotros mismos.
Y para mi está claro, que el primer paso para conseguirlo es querernos y valorarnos a nosotros mismos, como personas podemos llegar a ser tremendamente valiosos, sin necesitar ningún valor externo, sólo los nuestros. Nadie nos puede decir cómo ser ni cómo comportarnos. Creo que tenemos una buena base que se ha ido corrompiendo, creo en la bondad del ser humano, sólo tenemos que desarrollarla. Por eso, al querernos, empezaremos a querer a los demás y su felicidad será también la nuestra.
Es difícil, lleva tiempo, muchos desengaños y cómo no sufrimiento, pero este mismo sufrimiento nos ayuda a crecer como personas porque nos puede ayudar mucho a encontrar nuestro verdadero yo, y satisfacerlo. Nos ayuda a reaccionar ante el dolor de los demás e intentar paliarlo, lo que, aunque sea con pequeños logros, nos proporcionará mucha felicidad.
Es solo mi punto de vista. Creo en nosotros. Creo que podemos ser felices.