Estimado Pedro J. Ramírez:
Me complacería contactar con su persona por móviles más gratos, pero el asunto que tengo que darle a conocer me parece lo suficientemente substancial como para inaugurar una relación que espero fecunda, más cuando ambos estamos en los dos lados de la comunicación, como receptores, pero también como emisores de información.
Tenga en mi persona, en el caso que nos ocupa, a un humilde lector que anhela ser un frío observador con la única pretensión de, a menudo de manera obcecada, proteger la llama del buen nombre de nuestra profesión. Sabedor que la siguiente crítica será aceptada como una oportunidad para mejorar el periódico que usted dirige, paso a la exposición de motivos:
Un reciente artículo de Carlos Fresneda, en la que la que relaciona al cantante Michael Jackson con las drogas, a merecido la repulsa de miles de admiradores del artista norteamericano debido a que 1) el autor trata con especial crudeza al autor de “thriller” y 2) utiliza como única fuente al tabloide sensacionalista “National Equirer”, que igual informa de la colisión de una nave espacial en Tarragona como afirma que Juan Pablo II es suplantado por un doble.
Como el periódico que usted dirige está muy lejos de ser una réplica de “Sun”, “The Mirror”, “National Enquirer”, etc., su correo electrónico ha recibido en las últimas 48 horas docenas de “cartas al director” en las que los seguidores del cantante negro expresan con educación, respeto y argumentos lo que entendían resultaba una información sesgada, mal intencionada, poco ética y desprovista de la verdad, causando un daño irreparable a su honor e imagen.
Hasta ahí todo puede resultar más o menos normal ¿cuántas cartas puede recibir usted de lectores que se sienten agraviados por el ataque a un político?. Lo que nadie presagiaba que podía ocurrir es que un trabajador de la casa, Manuel Llorente, contestaría, utilizando el correo electrónico de El Mundo, a los interesados con toda clase de amenazas, insultos, obscenidades y expresiones incalificables como “a mamarla a Parla”, “el cornudo de tú padre”, “debes ser pederasta”, “maldito violaviejas”, “¿alguna duda, homosexual?” y un largo etcétera.
Debería considerar si es deseable tener en plantilla a un señor que dedica su tiempo en intimidar a los lectores. Es inaceptable que por culpa de semejante inepto la imagen de su periódico sea dañada empañando la labor de cientos de profesionales que todas las mañanas hacen con su trabajo posible el milagro de la prensa. Hoy son los admiradores de Michael Jackson ¿el domingo serán los afiliados al PSOE? ¿el lunes los empresarios de la patronal? Cuide quién habla en nombre de El Mundo. Cuidemos entre todos la salud de nuestra prensa.
Esperando su respuesta reciba un cordial abrazo,
José Luis Gutiérrez