Hola a todos,
Acabo de leer el principio del tema y no se si voy a repetir algo que ya se haya dicho.
Como siempre Michael piensa en las cosas de una manera profunda y sofisticada (con todos los matices). Talentoso como es, consigue expresarlo con sencillez.
A mi modo de ver, lo principal es no confundir la inocencia con la ingenuidad o credulidad.
La inocencia, para mi, tiene más que ver con la falta de prejuicios, con la capacidad de ser receptivo y abierto. No cerrar la mente.
De ahí la comparación con los niños, porque a ciertas edades todavía no se han arraigado ciertas influencias, costumbres y hasta atavismos, que hacen que la mente no tenga la frescura suficiente para tener un criterio propio sin influencias y con una lógica natural.
Los niños no son crédulos ni inguenuos (son niños y no saben de muchas cosas). Los niños, si algo no les cuadra, si dentro de su lógica natural y limpia algo no entra, preguntan y preguntan y preguntan. Son inocentes, pero dentro de sus posiblidades, conocimientos y experiencias, no son crédulos. Se les puede engañar en lo que no saben, pero en lo que saben, de crédulos nada. Son mentes limpias en las que todavía no han echado raices los convencionalismos, modas, prejuicios, intereses, etc. Por eso son sinceros, directos en sus dudas, etc.
Y quiero insistir en que lo que yo entiendo por inocencia no implica credulidad, ingenuidad, debilidad de caracter, etc. Se puede ser el tipo de persona que se suele llamar con caracter, muy directa, muy segura y, sin embargo, mantener esa inocencia o falta de prejuicios que nos hace abiertos a comprender, conocer, entender, etc. También aquí comparable a la mente de un niño, que es como una esponja, en proceso, siempre en proceso, siempre creciendo.
Con respecto a que las experiencias y desengaños de la vida nos obligan a tomar medidas con respecto a la inocencia, creo que las medidas las tomamos más bien en cuanto a la ingenuidad y nos creamos corazas de protección, que no tiene porque implicar cerrazón de mente o falta de la facultad de ver y entender con la mente limpia y libre de prejuicios.
En todo caso es difícil ser lo suficiente visionario para mantener la mente libre de ataduras y abierta. También hace falta un gran componente de generosidad, ya que implica no juzgar lo que no conocemos y entendemos.
Yo si creo que todo el que lo consiga es más feliz.
En resumen, es no cerar la mente a priori, primero conocer y entender, luego formarse una opinión que sirva para nuestras propias actitudes, no juzgar.
Un saludo