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EL REY DEL ESTILO. Vistiendo a MICHAEL JACKSON

LOS MÁGICOS 501

Reminiscencias de un sofisticado caballero de los años 40, el sombrero y los pantalones al tobillo de Michael se convirtieron en un símbolo del artista, así como la personificación de “Billie Jean”, después de desvelar el moonwalk en 1983. La sabiduría de Michael estaba en saber que el gran cuadro se compone con pequeños detalles. El moonwalk podía ser grande, pero no habría sido impresionante si el dobladillo de los pantalones de Michael hubiera cubierto sus zapatos.

Los detalles no se quedaron ahí. El fedora de Billie Jean preparó el camino para muchos sombreros posteriores, incluido el sombrero blanco de Smooth Criminal. Los sombreros eran funcionales y divertidos: Hacían a Michael varios centímetros mas alto, eran un fantástico apoyo para el baile, y completaban su aspecto elegante cuando no llevaba vestuario militar.



A medida que la multitud alrededor de Michael aumentaba, el dobladillo de sus pantalones se acortaba. Cuando nos convertimos en diseñadores exclusivos de Michael, forramos su clásicos pantalones plisados de algodón de Billie Jean con tela extra en los bolsillos. Mientras bailaba, Michael podía deslizar sus manos dentro de los bolsillos y levantar los pantalones, dirigiendo así los ojos del público hacia donde él quería que mirasen: muy probablemente, hacia su irresistible movimiento de pies. Mediante un poco de tela extra donde normalmente no existe, ayudamos a Michael a que sus ropas se movieran sin que el público viera cómo las tocaba. Su ropa podía moverse, saltar, actuar… sin el menor cambio.

Otra ilusión que creamos tenía que ver con la altura de Michael. Él medía 1.78 cm, pero creamos una figura más grande que en la realidad. La línea más larga del cuerpo va desde la cintura hasta los pies y la mayor parte de la altura descansa en las piernas, de modo que para hacer sus piernas aún más largas, añadimos una fina franja desde la cintura hasta el final del dobladillo. Esto funcionaba de maravilla porque la franja captaba la luz mientras Michael caminaba y bailaba de perfil a lo largo del escenario.




La magia creada a través de la ilusión fue también el modo en que la seda china entró en el juego. Fue durante el rodaje del vídeo “Dirty Diana”. Se suponía que Michael iba a llevar una chaqueta negra de piel. Se la puso y se detuvo. “Espera un momento”, dijo. “Tengo a los fans saltando como locos a mi alrededor por toda la pista. Esta chaqueta no sirve para esa clase de viento. La chaqueta tiene que poder quitarse para conseguir el efecto adecuado”.




Le vi luchar con la chaqueta mientras bailaba. El viento en su cara no parecía tener sentido. La chaqueta no respondía a su movimiento. Durante un descanso fuimos a su trailer y me dijo: “Bush, tu camisa me está haciendo un guiño”.

No necesitó decir más. Me quité la camisa blanca, hecha a mano para mí por Dennis, y Michael se la puso mirándose encantado y aliviado al espejo de cuerpo entero. Durante la siguiente toma, Michael dejó a los fans en la pista hacer su trabajo mientras la gasa francesa hacía el suyo. Su dramática energía bailaba tras el cuerpo de Michael y se convirtió en una extensión del mismo, creando la ilusión de que su presencia física ocupaba más espacio del que realmente lo hacía. Así que la camisa original que Michael usó en “Dirty Diana” fue la que literalmente me quitó a mí.

La camisa pasó a ser una marca de la canción, lo que significaba que debíamos continuar con ese estilo en la gira. La gasa francesa es un material delicado y transparente que no respondería bien en las giras, de modo que tuve que buscar uno más resistente de aspecto similar. La seda china se convirtió en la alternativa a elegir porque era ligera como la gasa francesa pero podía guardarse en la maleta y limpiarse.


Michael era capaz de moverse del modo en que lo hacía en parte porque su ropa se adaptaba a él de una manera única. Sus hombreras no le daban en la cara cuando bailaba y sus jeans no se enrollaban en sus rodillas. Esos pequeños detalles ayudaban a lograr una actuación natural y perfecta. Sus movimientos partían todos de su propia magia, pero asegurarse de que sus ropas los mantenían, era esencial.

Otro básico de Michael eran unos jeans Levi 501 negros. Usándolos, podía aparecer más cercano a sus fans. “Yo también uso Levi’s” imaginaba que podía decir un fan, solo para quedarse boquiabierto ante una de sus patadas y preguntarse: “Por qué los míos no hacen eso?”. Tan solo unos cuantos de nosotros sabíamos que Michael había gastado miles de dólares para que Dennis y yo hiciéramos un apaño a sus Levi’s.



CONVIRTIÉNDOSE EN UN DEDO MÁS ALTO

Michael estaba siempre apuntando con los dedos. Los tenía tan largos que le llamábamos “dedos E.T.”. Los usaba mientras bailaba ante el espejo (como hacen los bailarines) en un suelo portátil con el que viajaba, estudiando cómo parecer más alto, más esbelto, más escultural y delgado.

La mitad de los movimientos de baile de Michael los hacía con sus manos. Como el guante no encajaba en el tema “Smooth Criminal”, Michael necesitaba desarrollar otra estrategia para ayudar a dirigir los ojos del público hacia la línea que formaba sobre su cabeza y a lo largo de su cuerpo con sus manos mientras bailaba. A principios de 1987, cuando rodaba el vídeo de “Smooth Criminal”, decidimos poner cinta adhesiva blanca en sus dedos para atraer más luz. A Michael le gustó la idea porque, al mismo tiempo que hacíamos algo útil, añadía algo de diversión.

Puse cinta en sus dedos y cuando iba por el cuarto, Michael me detuvo.

“Eso es demasiado. Es demasiado vulgar”.

Así que solo el índice, el anular y el meñique fueron cubiertos con cinta adhesiva blanca. Eso se veía extraño, raro. A Michael le gustaba que la gente se preguntara “¿Por qué?” y “¿Por qué esos tres dedos?”.

Además, cuando Michael bailaba, rozaba inconscientemente sus dedos pulgar y corazón y la gente se preguntaba: “¿Por qué hace eso, será una señal, qué significa?”. A Michael le gustaba la propensión de sus fans a preguntar, a darse cuenta y averiguar el significado de las cosas que hacía. Cuando se preguntaban por la cinta de los dedos, no quería decepcionarles con una razón tan mundana como el hacer mejor uso de la luz o la ilusión de dar una apariencia más alta y amplia. Pero lo que descubrimos a lo largo de los años fue que cuando no das una razón directamente, la gente la encontrará por su cuenta. Así que se convirtió en una leyenda urbana que Michael se mordía las uñas y las cintas servían para evitar ese hábito.



Las chaquetas eran siempre cortas hasta la cintura, justo hasta la cinturilla de sus ceñidos pantalones. Bajo una imponente y excesivamente ornamentada chaqueta militar, se escondía otra de las paradojas de Michael: Una camiseta blanca siempre rasgada por en medio del escote. Era un mensaje de rebeldía bajo una chaqueta que envía un mensaje de control. Pasarle la tijera a su camiseta añadía ese punto casual que Michael siempre andaba buscando. Era un pequeño detalle que jugaba un gran papel en el extravagante acto de magia. Él quería que el mensaje fuera: “Este es mi lado común”.
El tamaño del desgarro dependía del estado de ánimo de Michael ese día. Él mismo cogía unas tijeras y cortaba. Unos días era un pequeño corte y otros rasgaba de arriba abajo. “Las chicas quieren ver un poco de ‘pastel’”, explicaba.

‘Pastel’ era su apodo para el pecho. Otros días se dejaba llevar demasiado y me decía: “Necesito otra camiseta, que esta está demasiado rota”.




Solía llevarle seis u ocho camisetas nuevas de Nordstrom porque no podía predecir donde acabaría el corte. Las compraba en paquetes por veinte dólares. Iban muy bien porque eran consistentes, ajustadas y no se deformaban, ajustadas como un body de licra, dejando ver la cintura cuando bailaba.

Michael cumplía la misma paradoja rebelde manchando sus ropas. La primera vez que le vi hacerlo, no me lo podía creer. Estaba en su camerino, cogió un poco de maquillaje con sus dedos y, mirándome desafiante, lo pasó por su hombro.

Tu no puedes ensuciarte. Eres Michael Jackson.

Exacto.

Para un estilista y diseñador, podría pensarse que es el máximo horror, pero después Michael empezó a desparejar sus ropas y me acostumbré.

Para un reportaje en su rancho en 1993 para la revista Life, Michael se puso un calcetín rosa y otro amarillo. El mundo enloqueció.

“Quién viste a este hombre?”

“Sí, ese era yo”. Y más que presumir de ello, me retorcía.

Y a Michael le encantaba verme retorcerme; lo encontraba divertidísimo.

Y mientras los fans hablaban de un chico que manchaba y rompía su ropa, a Michael le encantaba la comunicación no verbal que eso provocaba. “¿A quien le interesa lo que llevo puesto? ¿Por qué tienen que ir emparejados mis calcetines? ¿Quién ha dicho alguna vez que tienen que emparejar?” A lo que sus fans respondían: “Quizás es como cualquiera de nosotros… pero no, no puede ser porque él es Michael Jackson… pero como yo, va sucio, con rotos… pero no es como yo, sus Levi’s son perfectos, la luz le sigue a todas partes… pero mira sus zapatos… es como yo”.

Este juego de empujar-tirar realzaba la ilusión incluso más lejos. Funcionaba como magia. Y una vez que la magia funciona, todo consiste en ir tras ella.




continuará...
 
A Michael le gustaba la propensión de sus fans a preguntar, a darse cuenta y averiguar el significado de las cosas que hacía.


jajajajja!!!! Puede ser más adorable?

‘Pastel’ era su apodo para el pecho. Otros días se dejaba llevar demasiado y me decía: “Necesito otra camiseta, que esta está demasiado rota”.

Sí, puede, acá se superó a sí mismo, ajajajajj!!!!



Michael cumplía la misma paradoja rebelde manchando sus ropas. La primera vez que le vi hacerlo, no me lo podía creer. Estaba en su camerino, cogió un poco de maquillaje con sus dedos y, mirándome desafiante, lo pasó por su hombro.

Tu no puedes ensuciarte. Eres Michael Jackson.


No, no, no, no!!!! Juá, juá, juá!!!!! Me parto de la risa!!!

“¿A quien le interesa lo que llevo puesto?

A nosotrooooooossssssss!!!!!!


Me encantó este capítulo, todos en realidad, pero con este me reí muuuuucho!!!!

Gracias Blues!!!!

Qué feo cuando se termine!!

Feíto!
 
Me está encantando Blues!!! Este capítulo es super divertido!!! Hoy me emociono y me corto la camiseta hasta abajo pero mañana me lo pienso y me da un poquito de vergüenza ir tan despechugado! :jajaja::jajaja:

Era un genio en todo lo que hacía y pensaba, es verdad que su cabeza funcionaba de otra forma :eek:

Graciasss!!! :*)
 
Hoy capítulo completo ;)


Capítulo cuatro

PERSIGUIENDO LA MAGIA​



“Si coges una de mis chaquetas y la mezclas con otras cincuenta en la misma habitación, ¿cómo sabrías que es mía?” Esta vez Michael no llamó por teléfono para proponer su adivinanza del día. Era un día de 1988 e hizo esta simple pregunta, aunque cargada de intenciones, a Dennis y a mí mientras se asombraba del taller que habíamos construido en el sótano de nuestra casa. Era raro tener a Michael allí, ya que siempre nos reuníamos con él donde quiera que estuviera: el rancho, el estudio, en un decorado o en una gira. Pero creo que a Michael le gustaba ver de vez en cuando dónde se fabricaba nuestra contribución a su magia: una modesta habitación de estilo toscano.




Yo le llamo a la habitación “una desorganizada organización”. Una mezcla de telas y herramientas. Nueve máquinas de coser profesionales, una plancha de vapor, dos máquinas de tachonar y otra para colocar estrás repartidas por la habitación.


Dennis y yo pensábamos acerca de la preocupación de Michael de que su ropa no fuera lo suficientemente distintiva. Cualquier otro que anduviera con cubertería en su chaqueta podría asumir que la gente le reconocería. Pero ahora que conocíamos el modo de pensar de Michael, sabíamos que había una progresión en él. Nada podía permanecer igual durante mucho tiempo. Siempre necesitábamos añadir algo que pudiera resaltar y al mismo tiempo hacer a la gente preguntarse “¿Por qué?”.

Así que añadimos un brazalete en el brazo.


6 cm de ancho y 45 de largo, el color del brazalete siempre variaba. El mundo se detenía para ver de qué color y tela estaba hecho.


En 1995, Michael iba a escoltar a Elizabeth Taylor en su boda, que se celebró en el rancho Neverland.

Yo estaba cosiendo los Levi’s de Michael, porque era lo que quería ponerse para la boda. Cuando llegué al rancho la semana anterior a la boda de Liz con Larry Fortensky, Michael estaba en medio de una llamada.

“Elizabeth quiere hablar contigo”, dijo Michael pasándome el teléfono sin avisarme. No era la primera vez que lo hacía y sabía que no sería la última.

No había dicho todavía hola cuando ella me preguntó: “¿Qué se va a poner para mi boda?”. Raramente saludaba cuando hablaba con ella por teléfono y a lo largo de los años ya me había acostumbrado a sus preguntas juguetonas. Suponía que Michael sabía qué información estaba intentando sonsacarme Elizabeth, porque cuando le miré para orientarme un poco, estaba cortando el aire con sus brazos como tijeras y diciendo con gestos exagerados: “No se lo digas, no se lo digas”.

Elizabeth dijo: “Te está diciendo que no me lo digas, ¿verdad?”.

“Sí, Elizabeth”. Y después me pilló con la guardia baja.

“¿Va a llevar una espada a mi boda?”.

Ella sabía que cualquier cosa que llevara Michael iba a ser desmesurado. No me dejaba meter una palabra de canto y…

“Dile a ese pequeño bastardo que no lleve una espada a mi boda”.

Eran palabras que encajaban más con un marinero, pero ya me había acostumbrado a ese lenguaje de Elizabeth.

Cuando colgué el teléfono Michael estaba aliviado de que sus Levi’s permanecieran en secreto.

“Si ella sabe que voy a llevar Levi’s, querrá llevarlos también”, explicó Michael.


Así que hicimos una chaqueta estilo Renacimiento, año 1400, con una banda cruzada que hacía conjunto con los Levi’s. Pero Michael dejó la espada en casa.

Dennis y yo buscamos en los libros de historia para reproducir la chaqueta Renacimiento usando casi 15 metros de cordoncillo sobre terciopelo alemán y piedras de estrás. Tardamos menos de una semana en hacerla. Michael sabía que si nos concedía mucho tiempo, corríamos el riesgo de pensar demasiado. Él nos enseñó que el primer instinto siempre es el mejor.






LA LOTERÍA DE LAS LETRAS

El deseo de destacar de Michael iba acompañado de experiencia. Conocía el marketing, la narrativa y la representación mejor que nadie y todos esos talentos le decían que una vez que un misterio deja de ser misterio, la gente pierde el interés.

A principios de los 90 creamos algunas nuevas camisas para Michael. Después de enseñarle la primera, Michael dijo: “Es una buena camisa”. Pero después apuntó a su hombro y no dijo nada más. Sabía que significaba que hacía falta poner algo allí. Michael sugirió: “Pon una letra ahí”.

“¿Qué letra?”. Parecía una pregunta lógica en ese momento, pero debería haber visto llegar la críptica respuesta de Michael a distancia.

“No sé. Escoge una”.

Quería que escogiéramos una letra y la pusiéramos en el hombro de sus camisas. Fuimos a su estudio y cogimos uno de los fedoras de Michael, pusimos dentro las 26 letras del alfabeto. Saqué una letra:C. Pero eso no parecía estar terminado, de modo que Dennis sacó la siguiente letra:T.

Hmmm… C-T. Aún no parecía estar bien. Sigue tu instinto. Así que saqué una letra más: E.

C-T-E

No significaba nada. Y eso estaba bien.




¡ESTÁ VIVA!


La imagen de “Billie Jean” y “Thriller” era intocable. Se habían convertido en algo tan icónico que los fans se habrían decepcionado si nos hubiéramos metido con ellas. De modo que el reto consistía en permanecer fieles a la silueta con una chaqueta que fuera indiscutiblemente “Thriller” y al mismo tiempo crear algo diferente de la primera versión.


”Bush, si mi chaqueta Thriller pudiera iluminarse, eso sería lo máximo”.


Así que Dennis y yo fuimos a su casa de Hayvenhurst, en Encino, donde Michael vivía en ese momento, para tomarle las medidas.

Era la primera chaqueta completa que hacíamos para él y necesitábamos tomar bien las medidas. Mientras pasaba la cinta métrica alrededor de Michael, me preguntó: “¿Estás seguro de que puedes hacer que esta chaqueta se ilumine?”.
“Vamos a conseguirlo”, le aseguré. No teníamos elección. Michael no comprendía la palabra “no”. Nos fuimos a casa con las medidas originales de Michael, con la chaqueta de Thriller hecha por Marc Laurent para sacar los patrones de ella y con nuestros corazones en la garganta.

Entramos corriendo a nuestro estudio y Dennis empezó a hacer bocetos inmediatamente. Trazó la V que subía hasta los hombros y se preguntó qué pasaría si la V se iluminaba. Con todas las luces del escenario encendidas y las luces negras de la V también, ¿cómo podría verse el rojo de la chaqueta? No se podía ver. El único modo de que destacara el rojo era consiguiendo que captara la luz, así que había que cubrirlo de abalorios.

Después de hacer el patrón, necesitábamos un molde, e hicimos uno en acrílico, de Lucite. Hicieron falta tres ingenieros para poner el cableado y que pudiera encenderse y una computadora para que funcionara por control remoto, porque de ninguna manera iba a ser Michael quien encendiera su chaqueta. Eso no sería magia.

Al final, la chaqueta pesó 7.7 kg e incluía iluminación ignífuga.
Cuando la terminamos, la llevamos a Pensacola, Florida, donde Michael estaba ensayando antes de la segunda parte de su Bad Tour en América. No se la probó en el camerino, así que la primera vez que la vimos funcionar fue en el escenario, en mitad de la actuación. El director de efectos especiales puso en marcha el control remoto y Michael permaneció quieto con sus brazos sobre su cabeza mientras se iluminaba. “Hurt me!” (¡Hazme sufrir!), exclamó, lo que en su lenguaje quería decir que estaba eufórico.

Durante el segundo ensayo consecutivo de ese día, Michael quiso ver una vista completa de la chaqueta iluminada, de modo que colocamos un espejo frente al escenario. Viendo el espectáculo del modo en que lo vería el público dio lugar a otro asalto de “hurt me, hurt me!”, acompañados de puñetazos al aire por parte de Michael. Para él, esta era la chaqueta definitiva de su vida.




continuará...
 
Aún en tu cumple, vos nos hacés regalos a nosotros !! :D:eek:

Muchas gracias de nuevo, amore !! :*):*)

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Me encanta la relación de Michael y Elizabeth :) Y me encanta eso de "Hurt me, hurt me!!" :jajaja: ya lo había leído antes (con el volumen de la música). Tendré que adoptar la expresión :p

Qué arreglo es el que le hacía Bush a los Levi's de Michael??

Gracias Blues!!!
 
Última edición:
Qué arreglo es el que le hacía Bush a los Levi's de Michael??

Gracias Blues!!!


Uno de los arreglos sería esa alforza que le hacían en la costura interna del pantalón para darle más libertad de movimientos, creo que se la hacía a todos los pantalones, en los dorados del HiIStory se ve muy bien.

Acá se alcanza a ver un poco.

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Última edición:
Wow...quiero más más y más! Vaias veces pese en comprarme el libro pero no me convencia. De todas formas es mas entretenido leerlo acá y luego leer los comentarios de ustedes.
 
Uno de los arreglos sería esa alforza que le hacían en la costura interna del pantalón para darle más libertad de movimientos, creo que se la hacía a todos los pantalones, en los dorados del HiIStory se ve muy bien.
Eso es lo que me imaginé Vivi, pero me chirrió al leer este párrafo de abajo. Miles de dólares unos refuerzos en las costuras para que Michael no estallara el pantalón con sus movimientos? Miles de dólares un apaño? Jolín, qué bien cobraba Bush!!! :p

Gracias guapa!

Otro básico de Michael eran unos jeans Levi 501 negros. Usándolos, podía aparecer más cercano a sus fans. “Yo también uso Levi’s” imaginaba que podía decir un fan (...) Tan sólo unos cuantos de nosotros sabíamos que Michael había gastado miles de dólares para que Dennis y yo hiciéramos un apaño a sus Levi’s.
 
Uno de los arreglos sería esa alforza que le hacían en la costura interna del pantalón para darle más libertad de movimientos, creo que se la hacía a todos los pantalones, en los dorados del HiIStory se ve muy bien.

Acá se alcanza a ver un poco.



Desde luego que este es el caso perfecto para hacer valer que una imagen vale mas que mil palabras porque por la palabra alforza (lo mas parecido que se me venía a la mente era alforja*:7::p) no habría sabido a qué te referías exactamente: un refuerzo en la costura interna vaya.

pd: gracias blusa (en este post no puedo llamarte de otra forma como comprenderás, xp!) por las traducciones muy interesantes e ilustrativas d su forma de pensar, considerar las cosas desde un punto de vista siempre alternativo a lo común/convecional.






*¿Te imaginas llevando una de este-ejem!- delicado tejido, x2!! con los Levi's de marras? ¡lo mas de lo mas! juas!

images
 
Última edición:
[ QUOTE=Dulce y peligroso;2160217]

Clásico Levi's 501 con una talla 28 y 36 de tiro.



[/IMG][/QUOTE]



“Dile a ese pequeño bastardo que no lleve una espada a mi boda”.



continuará...[/QUOTE]
:eek: pues a mi esto me ha sorprendido tanto lo de la talla 28 ( que finito era nuestro Michael ) como lo de Elisabeth.
Me parto de risa imaginándolo con el " no se lo digas " jajajaja
Gracias blues¡ la verdad es que el libro es interesantisimo:dime:
 
Gracias Blues,enorme tu trabajo, estoy luchando con la desconfianza que me inspira Bu$h, quisiera saber donde esta mintiendo.
 
Capítulo cinco


CUBRIENDO CON UN MANTO AL REY​

Michael Jackson nunca llevó dos veces la misma ropa en público, excepto algunas piezas para unas cuantas actuaciones y una chaqueta que le hicimos en 1992. Atrevida, original y cubierta con brillante y fluido metal, cada detalle era correcto en esa chaqueta. (…) Michael insistió en usarla durante su actuación en la gala inaugural de Bill Clinton, el 20 de enero de 1993.


Llegué dos días antes del evento al hotel Madison en D.C. con mi habitual arsenal de guardarropa para elegir. Pero Michael había llevado también su propia maleta, y cuando me dijo, sujetando una chaqueta negra tachonada de piel: “Esto es lo que voy a ponerme”, se convirtió en el modelo a medir para todas nuestras futuras chaquetas.






EFECTOS ESPECIALES


El hecho de que sus ropas pudieran moverse y hacer sonidos, era la parte favorita de Michael para llevarlas. Le fascinaban las cremalleras por ese motivo. Todo el mundo reconoce el sonido que hace una cremallera, pero solo conozco una persona que lo apreciaba tanto como para encontrarlo un entretenimiento en sí mismo. Michael tenía el hábito inconsciente de juguetear con las cremalleras. La mayoría de las veces se sentaba en el asiento trasero del coche y las subía y bajaba, haciendo el sonido zip-zip igual que un DJ rasgando un disco. Escucharlo durante un viaje entero, al mismo tiempo que explotaba pompas con cuatro chicles Bazooka dentro de su boca, era suficiente para volverte loco.

Zip-zip, chew-chew, durante horas. A veces, nuestros viajes en coche parecían un viaje de una familia de locos.

“Michael”, le espetaba, “suenas como una vaca que viene del corral”. Se reía de modo que podía ver el chicle pegado en sus muelas y decía algo deliberadamente irritante como: “¿Te estoy molestando?”, y volvía a su rutina, zip-zip, chew-chew.

Pero incluso aunque me pinchaba como un hermano pequeño a su hermano mayor, no me molestaba en realidad, porque sabía lo mucho que se divertía.

Michael reconocía el movimiento como una parte importante de su vestuario de escena desde el principio de su carrera. La primera chaqueta que usó para “Billie Jean” en el programa especial aniversario, Motown 25, en 1983 –cuando debutó con su moonwalk- era una chaqueta de su madre, Katherine. Un momento tan icónico y nació del impulso que tuvo Michael de usar algo que vio a su madre unos días antes. La chaqueta cubierta de lentejuelas estilo Chanel fue comprada en los almacenes Bullock, en Sherman Oaks, California. La historia es esta: era negra y brillante y Michael quiso usarla. Fue así de simple.

Con los años, la chaqueta Billie Jean progresó siendo casi la misma excepto por la tela en que fueron cosidas las lentejuelas, que cambió en el transcurso de las tres décadas siguientes, afectando a la textura de la chaqueta. La chaqueta de Katherine era de malla en lugar de la tela más corriente, Alex jersey, que es elegante pero pesada. Tuvimos que rebuscar para encontrar el tejido de la chaqueta de Katherine para evitar los materiales estáticos que lo habían reemplazado.

Tradicionalmente, las lentejuelas abrían la malla y puedes meter el dedo por ella, pero evolucionaron a materiales más sólidos como el acetato. La malla saltaba mejor y como Michael volteaba la chaqueta bastante, esperaba que las lentejuelas captaran la luz como con la chaqueta de Katherine. Si la chaqueta no tenía cuerpo cuando Michael la volteaba, el resultado era un fracaso. Lo que hacía a Michael quejarse, “eso no es magia”.

“¿Qué le pasa a mi chaqueta?”, preguntó Michael durante una de las primeras pruebas de vestuario a las que asistí entre las dos etapas del Bad Tour. Me miraba como si hubiera subido a una de las nuevas atracciones de Disneylandia justo antes de que se estropeara.
“No es tejido abierto”, le expliqué apuntando a la chaqueta de punto Alex que llevaba. “Pero te haré una que lo sea”.


Lo mismo sucedió unas cuantas veces con su corbata. Michael daba una vuelta y quería que la corbata girara como el aspa de un helicóptero detrás de él. Por esa razón detuvo el rodaje de “Smooth Criminal” en 1987. “Cuando giro, quiero que mi corbata lo haga conmigo”, me dijo. Y señaló a donde quería que su corbata girara; al lado opuesto de su cuerpo. Si la ropa no se movía, no funcionaba, de modo que, a sugerencia de Dennis, cosí una moneda de 25 céntimos dentro de la corbata para que pesara más. En menos de cinco minutos, y por solo 25 céntimos, la corbata de Michael se convirtió en un aspa.

Mientras las ropas de Michael le servían, él era feliz, pero cuando había terminado con ellas, era como una ruptura brusca. Era duro con ellas y como además no les tenía ningún apego, era muy generoso con ellas. Empezó a ser conocido por regalar sus chaquetas y sombreros a los fans. En 1985, poco después de unirme a su equipo, estábamos los dos en un ascensor con un fan que le adoraba y le dijo con entusiasmo: “Me encanta tu chaqueta, Michael”.

Era una chaqueta militar negra de estilo británico; una de las primeras que le hicimos. Desde el diseño a la realización nos llevó tres semanas hacerla. Y así de sencillo, Michael se quitó la chaqueta y se la dio al fan diciendo: “Aquí la tienes”. Yo no me lo podía creer. ¿Y qué pasaba si quería otra similar? ¿Cómo íbamos a recordar Dennis y yo los adornos usados y lo que estaba bien y lo que no? Tuvimos que catalogar todas las piezas y fotografiarlas si Michael iba a ir por ahí concediendo sus prendas a todo aquel que las mirara dos veces.



continuará...
 
Qué exigente era Michael con los detalles del vestuario. Parece mentira algo que a nosotros puede parecernos trivial, para él eran detalles importantísimos. Me imagino los dolores de cabeza del pobre Bush para complacerlo.

Gracias, Blues, es todo muy interesante.
 
Qué exigente era Michael con los detalles del vestuario. Parece mentira algo que a nosotros puede parecernos trivial, para él eran detalles importantísimos. Me imagino los dolores de cabeza del pobre Bush para complacerlo.

Gracias, Blues, es todo muy interesante.
 
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