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Es lo que se suele decir, pero es así: jamás pensé que la cagaría tanto como la cagué, y eso que aún no he visto el vídeo de Man in the mirror, que creo que sí que me cargué del todo la canción.
Quizás todo parta de un error de base y es el creer que por haber adelgazado 10 o 12 kilos puedes enfrentarte a un tema movidito aunque no bailes casi nada (si es que a ese giro a cámara lenta de mareo de barco se le puede llamar bailar). Con esos kilos menos, claro, casi te crees la reina de los mares y te lanzas sin darte cuenta de las limitaciones y sin darte cuenta del ridículo tan espantoso que puedes llegar a hacer.
Pues eso, que empieza el WBSS. En el vídeo hago una cara muy "cómica" cuando el volumen retumba; eso no se debe hacer encima de un escenario, si te asustas, te aguantas, coño. De esa actuación se salva sólo Neylo. Ella siempre me agradece el que cante con ella pero a la vista está que quien le tiene que poner un piso en la Castellana soy yo.
Después de eso me quedé un pelín traspuesto y creo que en las presentaciones se me verá con la mirada perdida porque es que yo realmente pensaba que lo iba a hacer bien.
Entre actuación y actuación casi le jodo el número al pobre Roberto. Casi lloro yo también cuando le ví llorar de pura rabia en el camerino, hasta el punto de que le ofrecí mis calcetines color crema claro si no encontraba los suyos blancos.
Y llega el momento que con más horror / terror / asco / vergüenza propia / etc... recuerdo: el MAn in the mirror.
Empecé bien, creo, aunque también creo que al principio desafiné como una puta perra porque tampoco me oía muy bien por los bafles. LLega el primer estribillo, lo resolví bien e incluso osé a hacer el paso del pisotón.
CONTINúO....
Creo que fue entonces cuando el mesias (por fin nos encontramos eh?) me grabó cantando Whatever Happens.
El caso es que la noche acabó con Nikita, Dangerous girl, Big Boy, su primo y El gran Alukra, que me acogió parte de esa noche en su casa