Viendo un programa en el que se hablaba de la irrupción a saco de la telerrealidad en este "peí", y concretando mas en el formato OT, los mismos implicados, creadores referían que el punto diferencial con respecto a los programas musicales clásicos, era el factor emoción, a través del cual y en su componente reality el personal se enganchaba a los protagonistas al verles ir desarrollando (o no, xp!) su potencial artístico, es decir: los comienzos, los tropezones consabidos y unidos a tal proceso de evolución (o no, xp!) hacia su objetivo de ser un "pofresional" y sí, en busca del Triunfo ante todo.
Esa exposición, ese estado de cosas, el que atrajo a tanta audiencia, a otros, como es mi caso, nos bajó del tren desde el minuto 1.