Re: MADONNA >> Nuevo disco - "Confessions On A Dancefloor"
- COADF número 1 en Francia con 140.000 copias vendidas
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Nueva entrevista en el Channel 4 británico
El día 27 de Noviembre a las 23:05 hora británica, el canal de televisión Channel 4 emite una entrevista a Madonna realizada por Dermot O'Leary. Dicha entrevista precede a la emisión de "I'm Going To Tell You A Secret" el 1 de Diciembre.
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Confessions On A Dance Floor debutará en el número uno del Billboard
Madonna debutará con COADF en el número uno de la lista de ventas de álbumes del Billboard, dejando en segundo y tercer puestos a Carrie Underwood y a Mariah Carey, respectivamente.
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Críticas de COADF en la prensa catalana
LA TERAPIA DE BAILE
Jordi Bianciotto
“Madonna ha dado un puñetazo encima la mesa: La reina del pop no podía tolerar que un trabajo suyo pasara desapercibido, como pasó con American Life. Su reacción, drástica, es una hora de música de baile sin interrupciones, con las canciones empalmadas en una sesión non stop por, según asegura, "hacer saltar a la gente de sus sillas". Podríamos decir que esto lo consigue. Pero ¿y luego? ¿Que hay más?.
El que sorprende de Confessions on a dance floor es que proclama un conformismo inédito en la carrera de Madonna. No se la había visto nunca tan unidireccional y, también, tan orientada en el pasado. Porque no se trata de solo el sample un poco abusivo de Abba en Hung up, todo el disco transpira un encendido culto a la dance music del tránsito de los años 70 a los 80 (ella, que hasta ahora se negaba a sacar partido del maldecido revival). Donde no hay un gesto de complicidad a Can you feel it de The Jacksons (Sorry), hay una trama de sintetizador prestada de I feel love, de Donna Summer y Giorgio Moroder (Future lovers). Sin ninguna manía, aunque con capas de pintura electrónica producidas por Stuart Price (ex-miembro de Les Rythmes Digitales) y Mirwais.
El disco suena a maniobra desesperada por seguir siendo alguien en los sectores juveniles (y en las discotecas gays), y consigue su efecto gracias a un atiborramiento de melodías de digestión inmediatas; una zafata de repostería por consumir y evadirse sin más coartadas. Porque las confesiones del titulo son discretas: los textos ni tan solo están reproducidos en el libreto, a diferencia de, por ejemplo, los de Ray of Light, su disco más atractivo y completo de la última década.
Nos queda una sesión de dj voluptuosa y con algunos momentos eficaces que insinúa una cierta parada de la máquina de tendencias que hasta hace poco era la carrera de Madonna. A diferencia de lo que sugiere el titulo, de lo que se trata es "de bailar sin pensar."
MADONNA VUELVE A BAILAR
David Broc
Mañana a las doce de la noche, la tienda de discos Castelló del Maremagno de Barcelona abrirá, por adelantar la venta del nuevo álbum de Madonna, Confessions on a dance floor. La vocalista vuelve dos años después de American Life, trabajo polémico que no vendió como se esperaba, con una obra que presenta su cara más bailable, de clara orientación disco-house, y con una producción de Stuart Price, uno de los maestros de la música electrónica contemporánea de baile. Las canciones en el CD van enlazadas como si fuese una sesión de DJ y suenan más o menos así:
'Hung up': Primer single, destinado a dejar claro desde el inicio por donde van los tiros del álbum, con sample de Abba por una buena canción en clave disco-house de notable impacto melódico. Cuidado: el estribillo engancha.
'Get together': Sigue el ritmo alto, ahora con unos refuerzos ambientales que le dan un toque orgánico a una pieza de bombo potente y muy pronunciado. House emocional en toda regla.
'Sorry': Madonna pide perdón en todos los idiomas posibles mientras la acompaña una producción de estilo electro, deudora de los ochenta pero arreglada con filtros y efectos varios.
'Future lovers': Una pieza que baja un poco el ritmo, sobretodo porque opta por una revisión sui generis del acid house más comercial y le suma toques de pop psicodélico y espurias de house progresivo. Sin historia.
'I love NY': Declaración de amor a Nueva York que también se suma al revival rock del marco de la ciudad, con una combinación de house marca de la casa con bajos y estética propia de grupos como los Strokes.
'Let it will be': Arreglos orquestarles que dan un toque épico y emotivo a la canción, construída con un ritmo bailable pero serio, más cerca del techno-pop que del disco-house.
'Forbidden love': Entra en juego el efecto de voz del vocoder que hace pensar en Air, sobretodo por la manera de conjuntar pop y electrónica de estar por casa con estilo que se acerca peligrosamente con el chill out.
'Jump': Single potencial, gracias a un estribillo que crece y crece. Uno de los pocos momentos esencialmente pop del álbum. Destaca un bajo musculoso y un juego melódico marca de la casa.
'How high': Filtros de voz y una producción casi perfecta. Una de las tres mejores canciones del disco, también single en potencia, que contiene un estribillo memorable, un ritmo de disco-electro infalible y unos arreglos de cuerda épicos y emocionables.
'Isaac': Cánticos árabes de inicio, cuerdas grandilocuentes, todo y que el disco es de carácter festivo, Madonna no olvida el contenido político y social. Un loop vocal, reminiscencias islámicas como motor central y un sentido dramático in crescendo por una pieza interesante a priori pero finalmente fallida.
'Push': Una base hip-hop, cercana a la estética de su amiga Missy Elliot, que combina con un estribillo y juegos vocales propios de la Madonna mas clásica. Intento poco vistoso de acercarse al sonido más urbano.
'Like it or not': Despedida en clave de medio tiempo, adornado con un bonito juego de cuerdas y con un ritmo bien marcado: le manca fuerza pop o encierto melódico, pero baja el tempo y diluye la euforia dance de todo el álbum.”