El Juez Melville advirtió al jurado que no tuviera en cuenta el testimonio acerca de que los niños hubieran podido estar ebrios durante esa cena con Michael, ya que por un lado, el incidente que Kiki estaba contando, había ocurrido después de que los Arvizo se hubieran ido de Neverland, hacía ya unos meses. Pero por otro lado, y aún más importante, cuando a Kiki, sentada frente al jurado, se le pidió que recordara cualquier otro incidente donde le pareciera que los niños estaban bebiendo alcohol con Michael Jackson, Kiki no pudo recordar ningún episodio específico, del que pudiera decir con certeza, que cuando los niños estaban con Michael, en realidad estaban ebrios.
Los chicos se volvieron salvajes e hiperactivos. Puede ser que a veces le parecieran estar ebrios. Pero Kiki no podía ofrecer ninguna prueba. La gobernantano pudo corroborar las acusaciones del fiscal.
En el contra-interrogatorio, Mesereau le preguntó a Kiki acerca de una joven y frecuente invitada de Michael, Marie Nicole Cascio, la hermana pequeña de Frank Cascio, quien pasó una gran cantidad de tiempo en Neverland. El jurado se enteró de que Marie Nicole era alguien que pasaba mucho tiempo en el dormitorio de Michael. Marie Nicole estaba casi siempre allí con sus hermanos, Aldo y Frank, y se quedó en Neverland durante el mismo periodo que los niños Arvizo estuvieron allí.
Aunque Marie Nicole era alguien a quien los fiscales convenientemente olvidaron mencionar, Kiki describió a la familia Cascio -Frank, Marie Nicole y Aldo- como "invitados habituales" de Michael. Ésta era una familia que pasaba mucho tiempo en Neverland, que habían pasado las navidades con Michael, y habían estado “muy cerca” de él a lo largo de los años. Como Kiki recordó, Michael pasaba más tiempo con la familia Cascio que con la familia Arvizo, -lo cual era algo que ya notó durante la época de las visitas de los Arvizo.
En cuanto a otros niños, Kiki habló acerca de los autobuses llenos de muchachos que visitaron Neverland durante los doce años que ella pasó allí, describiendo a miles de niños que llegaban a Neverland desde las zonas deprimidas de la ciudad, los cuales iban para pasar un día de pura diversión y entretenimiento; por lo general, con sólo unos pocos adultos acompañando a grupos grandes. Kiki dijo que su trabajo no era supervisar a estos niños, -su trabajo consistía en limpiar y servir.
Al igual que ocurría con cada niño que visitaba Neverland, Kiki reveló que los muchachos de los suburbios se volvían locos y revoltosos, especialmente cuando veían a los elefantes venir caminando por la propiedad y cuando los dejaban libres en el parque de diversiones. Kiki dijo al jurado que la mayoría de los chicos "se volvían locos" en las atracciones, se lanzaban chucherías y actuaban como lo haría cualquier niño.
Kiki también testificó que, en su mayor parte, los grandes grupos de niños que visitaban Neverland no tenían la oportunidad de conocer a Michael. Algunas veces estaba disponible para jugar con ellos, pero debido a que Michael permitía a los niños visitar su casa durante todo el año, incluso cuando él no estaba en la propiedad o cuando estaba ocupado, excusaba el que no se pudiera producir el encuentro “en persona”.
En cuanto a las relaciones de la superestrella con sus asociados, Kiki admitió que en realidad no estaba muy segura de los cargos que ocupaban Ronald Konitzer y Dieter Weisner; tampoco estaba segura de lo que Frank Cascio o Marc Shaffel hacían con Michael Jackson. Kiki no podía aportar ninguna luz acerca de los asociados de Michael. Ella tenía la impresión de que trabajaban para él, pero no podía estar segura. Kiki solo podía describirlos como "hombres de negocios".
Ella pensaba que estos hombres podían ser algún tipo de “promotores”, pero era evidente que no tenía ningún tipo de conocimiento de primera mano sobre lo que estas personas tenían que ver con el trabajo de Michael. Lo único que Kiki podía recordar era que Dieter tenía un muñeco de porcelana de tres pies de altura, a imagen de Michael Jackson.
Kiki recordó que el muñeco se había roto, y ella se ofreció para arreglarlo, pero Dieter le explicó que no era necesario que lo pegara porque había “muchos, muchos más de dónde lo trajo”. Kiki tuvo la impresión de que Dieter tenía un negocio para fabricar “muñecos de Michael Jackson”, aunque no estaba segura del lugar en el que se ubicaba esta empresa, e incluso ella no sabía si Michael era consciente de que este negocio existiera.
A excepción de Frank Cascio, del cual ella pensaba que estaba "intentado entrar en el negocio de la música", Kiki describió a los hombres que estaban alrededor de Michael -Dieter Weisner, Ronald Konitzer y Marc Shaffel- como personas que daban la impresión de que “aparecían y desaparecían” sin decir mucho. Ella no tenía conocimiento de las empresas o asociaciones de negocios que estos hombres tuvieran realmente con Michael. A su parecer, todos ellos tenían una alta opinión de sí mismos por el mero hecho de “girar en torno” a Michael. En concreto, ella pensaba que Marc Shaffel era "un oportunista".
"Él, [Shaffel] era uno de los muchos ‘oportunistas’ con los que usted se tropezó mientras trabajaba en Neverland, ¿es cierto?", preguntó Mesereau.
"Sí", dijo Kiki.
"Ahora bien, cuando Dieter hablaba con Michael, usted no sabe lo que le decía, ¿verdad?”.
"No".
Kiki no sabía nada acerca de lo que estos hombres pusieran o no en conocimiento de Michael. Por la forma en que Mesereau planteó sus preguntas, parecía probable que las personas que rodeaban a Michael -sus “asociados”- no estuvieron necesariamente actuando con el pleno conocimiento o la cooperación de Michael. Kiki dijo al jurado que, con excepción de Frank, estos hombres aparecían de vez en cuando, para luego desaparecer; recordando que sus visitas eran "imprevisibles".
A pesar de que trabajó en Neverland durante tantos años, Kiki no parecía saber mucho acerca del ser interior de Michael Jackson. Por supuesto, el trabajo de Kiki sólo consistía en conocer pequeños detalles acerca de él, como en qué momento estaría utilizando la sala de cine, o en qué momento necesitaría que se encerase el suelo. Ella sentía admiración por la superestrella, pero incluso después de haber pasado tantos años a su alrededor, Kiki fue incapaz de acceder al lado creativo de Michael. Ella lo observaba todo el tiempo, pero nunca lo llegó a conocer. Respecto a cuáles eran las cosas que lo motivaban, todo lo que ella podía decir era que sabía que a Michael le gustaba estar a solas con sus pensamientos creativos.
Durante años, Kiki había visto a Michael entrar a su estudio de baile y trabajar en coreografías y música. Kiki había visto a la superestrella caminando en solitario alrededor de la propiedad, paseando él sólo en la oscuridad de muchas noches, o subiendo a su árbol especial. Pero Michael siguió siendo siempre un enigma.
A medida que testificaba, el jurado supo que Michael no controlaba los detalles de la vida diaria de Neverland. Viajaba mucho y a veces estaba fuera durante varios meses seguidos. Lo que quedó claro fue que Michael había establecido Neverland de modo que pudiera ser manejada por varios empleados de antigüedad. En un momento dado, había de cincuenta a sesenta personas trabajando en su casa con tareas específicas -el cuidador del zoo, la patrulla de seguridad, el departamento de bomberos, el personal de la casa, los cocineros-, la lista era larga. Cada uno de ellos informaba al administrador del rancho y tenían poco contacto con el propio Michael.
Kiki dijo al jurado que incluso si había un problema o un incidente en Neverland, los miembros del personal no acudían a informar a Michael al respecto. Su asistente desde hacía mucho tiempo, Evvie, su niñera de confianza, Grace, y su administrador del rancho, Joe, eran las únicas personas que tenían acceso inmediato a Michael. Y además, cada una de estas personas de confianza, hacía nuevos informes, los cuales acababan desvirtuados, manteniendo a Jackson alejado de lo que realmente acontecía en su casa.