Tienen forma de pez pero pertenecen a la clase de los mamíferos. Viven bajo el agua y sin embargo deben salir a la superficie para respirar. Inteligentes, simpáticos, juguetones y sociables. ¿Quiénes son? Pues los... ¡delfines!
En todos los mares del planeta, y algunos grandes sistemas fluviales como el del Amazonas, habitan variedades de estas especies del orden de los cetáceos. Gracias a la labor de difusión de la asociación "Cruzada por la Vida" la problemática de los delfines está siendo, cada vez, más comprendida. Estas criaturas se han convertido en un símbolo de la agonía de nuestro planeta, de sus océanos y grandes ríos. La contaminación, la explotación rapaz de las riquezas naturales, las tecnologías y prácticas inapropiadas de pesca degradan el ambiente y atentan contra la vida toda. Estas son algunas de las causas por las que, según especialistas, los delfines están en franco retroceso y nuestras autoridades contribuyen con su decadencia...
En los últimos treinta años el hombre masacró más de... ¡ocho millones de delfines! Esta es la escalofriante cifra que manejan especialistas y ambientalistas internacionales.
En 1990 la Agencia de Investigación Ambiental, con sede en Londres, presentó un informe de 56 páginas: "La Guerra Mundial contra la Caza de Cetáceos Pequeños". Se reveló entonces que, anualmente y a nivel mundial, por la ambición del hombre más... ¡de 500 mil delfines! Son masacrados.
En el caso de nuestro país cada año más de... ¡17 mil delfines! Mueren por mano humana, esto sin contar la masacre de las dos especies de delfín que nadan en nuestros ríos amazónicos. El cálculo de esta "desgracia nacional" corresponde al Centro Peruano de Estudios Cetológicos (CEPEC), que dirige el especialista belga Koen Van Waerebeek. Ya en 1987 en el marco del "II Congreso Latinoamericano sobre Ciencias del Mar", realizado en la Universidad Nacional Agraria de la Molina (UNALM), este estudioso advirtió que algunas especies de cetáceos marinos, especialmente el delfín oscuro o "chancho marino", podrían extinguirse en nuestro país a corto plazo.
Han pasado ocho años. Su "profecía" pareciera ser hoy una cotidiana y dolorosa realidad.
MORTAL "MUCHAME"
En los terminales pesqueros de sitios como Ancón, Callao, Cerro Azul, Pucusana, Paita, Pisco, Máncora y de muchos otros rincones de nuestra costa, es común ver ejemplares masacrados. Sus restos son apilados. Luego se les "filetea". Su carne se vende en los más diversos mercados (ver relación en C2) bajo el nombre de "chancho marino". La aberrante cadena de muerte termina en establecimientos comerciales y restaurantes. Allí se ofrece un picadillo de carne obscura, seca y salada, bajo el nombre de "Muchame"; "Musciame" o "Buchame". Como se le llame no es más que un tierno, indefenso e inteligente delfín masacrado y vendido pese a la voluminosa legislación peruana, e internacional, que lo protege. Un vil negocio de muerte...
EL DESACATO
Por largo tiempo se ha venido denunciando la matanza indiscriminada de delfines, a lo largo de nuestro litoral y en la Amazonia. Pese al "inocultable cuerpo del delito", las autoridades se empeñan en hacernos creer que "aquí no pasa nada". Municipios, Ministerio de Pesquería, Capitanía de Puerto, Ministerio de Salud, estos sectores responsables no han tomado las medidas para hacer cumplir la ley que protege a los delfines.
Hasta la fecha, pese a las leyes y al tiempo transcurrido, la carne de delfín sigue vendiéndose a vista y paciencia de las autoridades de pesquería, de la policía ecológica, de los municipios, en fin en la "cara pelada" de quienes les compete combatir este delito.
La sangre de los cetáceos, sin embargo, sigue derramándose...
CRUZADA POR LA VIDA
"En el Perú se matan 50 delfines cada día... y ellos pueden nacer solo cada 3 años". "Mientras sigas pidiendo muchame o chancho marino seguirán muriendo más delfines". "La matanza de Delfines y la venta de su carne están penadas con 1 a 3 años de cárcel". "Yo amo a los delfines. No como Muchame". Esta es la campaña de concientización diseñada por "Target Publicidad" para la asociación "Cruzada por la Vida". Atrás de esta noble iniciativa está una joven y decidida mujer: Olga Rey de Michell.
"No pienso parar hasta que dejen de masacrar a los delfines y no se venda su carne en ninguna parte", dice enfática. "No es posible que la ley no se cumpla. Voy a agotar todas las vías para lograr nuestro objetivo. Las autoridades deben asumir su responsabilidad y obligar a que se respeten nuestras normas. Se quiere hacer creer a la opinión pública que la carne vendida procede de "accidentes" y "episodios aislados". La oferta es demasiado grande, y se da en los más diversos lugares:|