Noticia de hoy, la sombra de Aznar es alargada:
Comienza el juicio por el accidente en el que fallecieron 62 militares españoles
Hubo limitaciones presupuestarias en el vuelo del Yak-42 por los gastos de la guerra de Irak
V.VADILLO
Hoy comienza el juicio por el accidente del avión Yak-42 que, en mayo de 2003, se estrelló provocando la muerte de 62 militares españoles. Ya han declarado como testigos en la Audiencia Nacional varios mandos militares de la época. Hoy no le corresponde el turno al vicealmirante José Antonio Martínez Sainz-Rosas, sin embargo, sí ha salido a la luz una carta que él mismo escribió en 2005 en la que explica que existían limitaciones presupuestarias en los vuelos de refuerzo a Afganistán, en parte debidas a los gastos que había supuesto la participación en la guerra de Irak.
A finales de junio de 2005, después de que el ex ministro de Defensa del PP Federico Trillo atribuyese la responsabilidad de la tragedia del Yak-42 a los mandos militares de la operación, el vicealmirante José Antonio Martínez Sainz-Rosas escribió una carta en la que por primera vez se reconoce que había limitaciones presupuestarias en los vuelos militares en el momento en que se produjo el accidente en el que fallecieron 62 operativos de las tropas españolas.
Dos vuelos al mes
El diario
El País rescata hoy la misiva de Martínez Sainz-Rosas, que no comparecerá como testigo esta tarde ante el juez Grande Marlaska en la Audiencia Nacional. El vicealmirante reconoce en su escrito que, pese a la versión oficial de que no había ninguna limitación en el presupuesto para contratar los mejores aviones en las misiones de refuerzo como la que ocupaba al Yak, el Ministerio de Defensa solo autorizaba dos vuelos de estas características al mes.
"Sensibilidad política" por la guerra de Irak
Sainz-Rosas apuntó entonces que “se hizo bien el trabajo” por parte de los altos mandos, y recordó a Trillo que el entorno de trabajo “era complejo y requería coordinar muchos aspectos con numerosos organismos”. “En esa complejidad incidía la
sensibilidad política que se vivía respecto al conflicto iraquí; esta circunstancia
modulaba de arriba hacia abajo muestra actividad diaria, de modo que, en algunos casos, teníamos que esperar a que el Jefe del Estado Mayor de la Defensa recibiera la autorización del Ministro”, continúa la nota publicada por
El País.
"Limitaciones presupuestarias"
Además, el vicealmirante destacaba que solo se podían “programar dos aviones / mes de apoyo por las limitaciones presupuestarias”. Aunque en teoría la partida presupuestaria para financiar las operaciones en el exterior podía ampliarse sin límites, el escrito afirma que “la justificación” ministerial para los recortes era que el presupuesto “estaba condicionado por otros gastos como el
Prestige, inundaciones y gastos derivados de otras operaciones”.
"Retrasos"
Todo ello obligaba a los altos mandos a “priorizar la carga de los vuelos programados”, lo que “inevitablemente producía retrasos en el envío de algunos apoyos”. El vicealmirante refiere en su escrito que “nunca” tuvo quejas acerca de la seguridad de los vuelos, algo que sí apuntaron algunos de los mandos militares que esta tarde declararán en el juicio.
Riesgo en los vuelos
Entre ellos, el teniente coronel Javier Merino, que ya ha declarado y ha reiterado el informe que presentó en su día, en el que alertaba de los “altos riesgos” de estos vuelos. También advirtió de ello el teniente general Manuel Estellés, que testificará durante el día de hoy. Por su parte, el entonces jefe del Ejército de Tierra, Luis Alejandre, ha rechazado conocer datos sobre el proceso de la contratación del vuelo y se ha mostrado "ignorante" sobre cómo se gestionó. Varios mandos más de la época continuarán declarando durante el día.