Monterrey, México (9 abril 2007).- Antes de que su amo regrese a casa, el perro se comporta como si ya lo supiera: se levanta de donde está y corre a la puerta para recibirlo. Detrás de este comportamiento está el cerebro del animal, y entre éste y el de su amo podría haber telepatía.
El investigador británico de la Universidad de Cambridge, Rupert Sheldrake, no pudo dejar a un lado su curiosidad y condujo experimentos con 700 perros domésticos para descartar la teoría de que los animales podían simplemente oler o escuchar el arribo de sus amos a casa para correr a darles la bienvenida.
Su libro "Dogs That Know When Their Owners Are Coming Home and Other Unexplained Powers of Animals" (Perros que saben cuándo sus amos llegarán a casa y otros poderes inexplicables de los animales), publicado en 1999, puso a prueba a los animales al medir a qué distancia estaban sus amos cuando ellos ya reaccionaban para recibirlos.
Los resultados fueron fascinantes. Las mascotas corrían a la puerta aun cuando su dueño se encontraba a 65 kilómetros de distancia y siempre a diferentes horas del día.
El pensamiento animal, término no totalmente aceptado en los ámbitos científicos y sociales, por su connotación evolutiva, ha sido estudiado desde tiempos de Descartes, en el Siglo 15, y el conocimiento que se tiene hasta hoy es motivo de sorpresa, dice el especialista en conducta animal Jaime García.
"Las investigaciones sobre el cerebro y el comportamiento animal han llegado hasta a considerar que existe una telepatía entre el hombre y su mascota, y sólo falta desarrollar la tecnología que lo compruebe, que podría identificar físicamente, a lo mejor, los pensamientos entre uno y otro".
Aprenden a engañar
Un chimpancé se enfrenta a dos cajas y una persona le muestra cuál de ellas tiene comida. Cuando las cajas son invertidas y se le engaña, el chimpancé responderá con un engaño cuando se le pida que apunte a la caja con comida, es decir, engañará a la persona que lo engañó a él.
"Normalmente en la naturaleza no se dan ese tipo de cosas, o hasta lo que se sabe no se dan, pero pueden aprenderlo, entonces el engaño que normalmente no es una característica animal, lo aprenden sólo a través de nosotros", explica el también catedrático de la UDEM.
"Dentro de los animales el engaño no es común, es decir, no van a tratar de engañar a organismos de su misma especie para hacer algo malo, pero si nosotros los enseñamos a engañar, ellos nos van a responder engañándonos".
Con conciencia de sí mismos
Un último estudio realizado en el Zoológico del Bronx, en Nueva York, agregó a los elefantes en la lista de animales que se reconocen a sí mismos como seres individuales en la famosa prueba del espejo.
"Si ponemos nosotros un elefante, un delfín o un chimpancé delante del espejo, no se va a asustar ni va a ir a golpear ese espejo. Él va a saber que quien está en el espejo es él, entonces se va a empezar a rascar los ojos y la cara, mientras que si se pone una gallina o un perro, no lo va a hacer, ellos no tienen conciencia de quiénes son", asegura García.
"Los animales más evolucionados, y con ello más sociales, son los que serían capaces de desarrollar una conciencia".
Las mascotas, como los perros y gatos domésticos, se cree comúnmente que al ponerlos frente a un espejo se puede reconocer, pero eso es falso, asegura García, en realidad son pocos los animales que se han identificado como animales con una conciencia de sí mismos.
Se pueden estresar
Aunque los ratones no tienen conciencia de sí mismos, sí pueden sufrir estrés, como los humanos.
Investigadores de la Universidad del Estado de Florida los sometieron a jornadas seguidas de convivencia social con ratones agresivos durante 10 días, lo que provocó que los ratones estresados evitaran a los otros ratones.
Otro equipo investigador, de la Universidad de Princeton, realizó un experimento para generar estrés en los ratones al colocarlos de manera que si éstos se dormían podían caer de una plataforma suspendida en agua, privándolos así de horas de sueño.
Los resultados arrojaron altos niveles de corticosterona en los animales, hormona asociada a la reducción de nuevas células cerebrales en el hipocampo, parte del cerebro que trabaja con la memoria.
Aunque los roedores son los animales más utilizados para estudiar el estrés, no se descarta la posibilidad de que los demás animales pueden sufrir del mal.
Usan herramientas
El especialista en psicología experimental de la Universidad de Granada, Matej Hochel, escribe en su ensayo "La Inteligencia Animal" que entre más se conoce de las conductas de los animales, son más los comportamientos que comparten con los humanos.
Es decir, explica García, que si un animal tiene la necesidad de comer, pero no puede romper con los dientes las nueces, es capaz de hacer la abstracción de que una piedra golpeada sobre la nuez va a hacer posible que obtenga el alimento que de otra forma no hubiera podido obtener.
El año pasado, arqueólogos encontraron "martillos" de piedra que datan de hace 4 mil 300 años en el único asentamiento prehistórico de chimpancés conocido en el mundo, ubicado en la selva tropical húmeda de Tai, en Costa de Marfil.
Las rocas de forma irregular del tamaño de un melón se identificaron como herramientas que no podrían haber sido el resultado de la erosión natural y eran muy grandes para haber sido empleadas por humanos. Los expertos concluyeron que el comportamiento de romper las frutas secas ha pasado por más de 200 generaciones de chimpancés en este bosque.
Cuando cuervos en Nueva Caledonia, islas ubicadas en el Pacífico Sur, frente a Australia, fueron examinados por investigadores ingleses, sacaron a relucir su capacidad para usar herramientas, cualidad hasta entonces atribuida a animales con cerebros más grandes.
Las nutrias se han visto quebrando ostras con piedras para obtener el ostión que se comerán, así como algunas especies de delfines, que utilizan esponjas para anclar su lugar de descanso mientras buscan comida.
La base: su capacidad para aprender
La psicóloga francesa Joëlle Proust, especializada en conocimiento animal, publicó en su libro "Les animaux pensent-ils?" (¿Los animales pensarán?) en el 2003, que aquellos animales que tengan un cerebro pueden producir representaciones mentales de los objetos externos, memorizarlos e incluso engendrar conceptos, un proceso parecido a lo que hacen los seres humanos, pero todavía lejano a las procesos de razonamiento humano.
"El raciocinio, la capacidad para procesar la información es lo que los animales no tienen", dice Horacio Quiroz, entomólogo y catedrático de la Facultad de Ciencias Biológicas.
"Hay unos que manifiestan respuestas que tienen un grado alto de inteligencia, que se los ha dado precisamente el aprendizaje, en el caso de los insectos, las abejas son las que tienen mayor capacidad de memorización, por ejemplo, pero no tienen mentes, tienen cerebros, tienen una capacidad de aprender".
Y a su vez, los seres humanos tienen mucho que aprender del reino animal, dice García.
"Antes la gente no consideraba a los animales como puntos importantes del conocimiento y los utilizaba para experimentos de beneficio personal, ya sea para alimentación o para desarrollar vacunas, pero ahora estamos investigando para saber y conocer nuestros orígenes conductuales y cómo nosotros hemos llegado al punto en que estamos hoy evolutivamente".
Lo que se sabe
Éstos son algunos descubrimientos que se han hecho en el estudio de los animales:
- Existe actualmente la teoría de que una mascota se puede comunicar con su amo telepáticamente.
- Las abejas son los insectos con mayor capacidad de memorización.
- Sólo se ha comprobado que los primates (familia de monos, chimpancés, y gorilas), delfines y elefantes se reconocen a sí mismos ante un espejo.
- Aunque los animales no pueden razonar, tienen una considerable capacidad de aprendizaje.
- Como los humanos, algunas especies animales usan herramientas, como la familia de los primates, los delfines y las nutrias.
- El engaño no existe entre el reino animal. Sin embargo, los animales lo pueden aprender de los seres humanos.
El investigador británico de la Universidad de Cambridge, Rupert Sheldrake, no pudo dejar a un lado su curiosidad y condujo experimentos con 700 perros domésticos para descartar la teoría de que los animales podían simplemente oler o escuchar el arribo de sus amos a casa para correr a darles la bienvenida.
Su libro "Dogs That Know When Their Owners Are Coming Home and Other Unexplained Powers of Animals" (Perros que saben cuándo sus amos llegarán a casa y otros poderes inexplicables de los animales), publicado en 1999, puso a prueba a los animales al medir a qué distancia estaban sus amos cuando ellos ya reaccionaban para recibirlos.
Los resultados fueron fascinantes. Las mascotas corrían a la puerta aun cuando su dueño se encontraba a 65 kilómetros de distancia y siempre a diferentes horas del día.
El pensamiento animal, término no totalmente aceptado en los ámbitos científicos y sociales, por su connotación evolutiva, ha sido estudiado desde tiempos de Descartes, en el Siglo 15, y el conocimiento que se tiene hasta hoy es motivo de sorpresa, dice el especialista en conducta animal Jaime García.
"Las investigaciones sobre el cerebro y el comportamiento animal han llegado hasta a considerar que existe una telepatía entre el hombre y su mascota, y sólo falta desarrollar la tecnología que lo compruebe, que podría identificar físicamente, a lo mejor, los pensamientos entre uno y otro".
Aprenden a engañar
Un chimpancé se enfrenta a dos cajas y una persona le muestra cuál de ellas tiene comida. Cuando las cajas son invertidas y se le engaña, el chimpancé responderá con un engaño cuando se le pida que apunte a la caja con comida, es decir, engañará a la persona que lo engañó a él.
"Normalmente en la naturaleza no se dan ese tipo de cosas, o hasta lo que se sabe no se dan, pero pueden aprenderlo, entonces el engaño que normalmente no es una característica animal, lo aprenden sólo a través de nosotros", explica el también catedrático de la UDEM.
"Dentro de los animales el engaño no es común, es decir, no van a tratar de engañar a organismos de su misma especie para hacer algo malo, pero si nosotros los enseñamos a engañar, ellos nos van a responder engañándonos".
Con conciencia de sí mismos
Un último estudio realizado en el Zoológico del Bronx, en Nueva York, agregó a los elefantes en la lista de animales que se reconocen a sí mismos como seres individuales en la famosa prueba del espejo.
"Si ponemos nosotros un elefante, un delfín o un chimpancé delante del espejo, no se va a asustar ni va a ir a golpear ese espejo. Él va a saber que quien está en el espejo es él, entonces se va a empezar a rascar los ojos y la cara, mientras que si se pone una gallina o un perro, no lo va a hacer, ellos no tienen conciencia de quiénes son", asegura García.
"Los animales más evolucionados, y con ello más sociales, son los que serían capaces de desarrollar una conciencia".
Las mascotas, como los perros y gatos domésticos, se cree comúnmente que al ponerlos frente a un espejo se puede reconocer, pero eso es falso, asegura García, en realidad son pocos los animales que se han identificado como animales con una conciencia de sí mismos.
Se pueden estresar
Aunque los ratones no tienen conciencia de sí mismos, sí pueden sufrir estrés, como los humanos.
Investigadores de la Universidad del Estado de Florida los sometieron a jornadas seguidas de convivencia social con ratones agresivos durante 10 días, lo que provocó que los ratones estresados evitaran a los otros ratones.
Otro equipo investigador, de la Universidad de Princeton, realizó un experimento para generar estrés en los ratones al colocarlos de manera que si éstos se dormían podían caer de una plataforma suspendida en agua, privándolos así de horas de sueño.
Los resultados arrojaron altos niveles de corticosterona en los animales, hormona asociada a la reducción de nuevas células cerebrales en el hipocampo, parte del cerebro que trabaja con la memoria.
Aunque los roedores son los animales más utilizados para estudiar el estrés, no se descarta la posibilidad de que los demás animales pueden sufrir del mal.
Usan herramientas
El especialista en psicología experimental de la Universidad de Granada, Matej Hochel, escribe en su ensayo "La Inteligencia Animal" que entre más se conoce de las conductas de los animales, son más los comportamientos que comparten con los humanos.
Es decir, explica García, que si un animal tiene la necesidad de comer, pero no puede romper con los dientes las nueces, es capaz de hacer la abstracción de que una piedra golpeada sobre la nuez va a hacer posible que obtenga el alimento que de otra forma no hubiera podido obtener.
El año pasado, arqueólogos encontraron "martillos" de piedra que datan de hace 4 mil 300 años en el único asentamiento prehistórico de chimpancés conocido en el mundo, ubicado en la selva tropical húmeda de Tai, en Costa de Marfil.
Las rocas de forma irregular del tamaño de un melón se identificaron como herramientas que no podrían haber sido el resultado de la erosión natural y eran muy grandes para haber sido empleadas por humanos. Los expertos concluyeron que el comportamiento de romper las frutas secas ha pasado por más de 200 generaciones de chimpancés en este bosque.
Cuando cuervos en Nueva Caledonia, islas ubicadas en el Pacífico Sur, frente a Australia, fueron examinados por investigadores ingleses, sacaron a relucir su capacidad para usar herramientas, cualidad hasta entonces atribuida a animales con cerebros más grandes.
Las nutrias se han visto quebrando ostras con piedras para obtener el ostión que se comerán, así como algunas especies de delfines, que utilizan esponjas para anclar su lugar de descanso mientras buscan comida.
La base: su capacidad para aprender
La psicóloga francesa Joëlle Proust, especializada en conocimiento animal, publicó en su libro "Les animaux pensent-ils?" (¿Los animales pensarán?) en el 2003, que aquellos animales que tengan un cerebro pueden producir representaciones mentales de los objetos externos, memorizarlos e incluso engendrar conceptos, un proceso parecido a lo que hacen los seres humanos, pero todavía lejano a las procesos de razonamiento humano.
"El raciocinio, la capacidad para procesar la información es lo que los animales no tienen", dice Horacio Quiroz, entomólogo y catedrático de la Facultad de Ciencias Biológicas.
"Hay unos que manifiestan respuestas que tienen un grado alto de inteligencia, que se los ha dado precisamente el aprendizaje, en el caso de los insectos, las abejas son las que tienen mayor capacidad de memorización, por ejemplo, pero no tienen mentes, tienen cerebros, tienen una capacidad de aprender".
Y a su vez, los seres humanos tienen mucho que aprender del reino animal, dice García.
"Antes la gente no consideraba a los animales como puntos importantes del conocimiento y los utilizaba para experimentos de beneficio personal, ya sea para alimentación o para desarrollar vacunas, pero ahora estamos investigando para saber y conocer nuestros orígenes conductuales y cómo nosotros hemos llegado al punto en que estamos hoy evolutivamente".
Lo que se sabe
Éstos son algunos descubrimientos que se han hecho en el estudio de los animales:
- Existe actualmente la teoría de que una mascota se puede comunicar con su amo telepáticamente.
- Las abejas son los insectos con mayor capacidad de memorización.
- Sólo se ha comprobado que los primates (familia de monos, chimpancés, y gorilas), delfines y elefantes se reconocen a sí mismos ante un espejo.
- Aunque los animales no pueden razonar, tienen una considerable capacidad de aprendizaje.
- Como los humanos, algunas especies animales usan herramientas, como la familia de los primates, los delfines y las nutrias.
- El engaño no existe entre el reino animal. Sin embargo, los animales lo pueden aprender de los seres humanos.