Acabo de presenciar las filtraciones.
Más que el hecho del mal desempeño solista, por debajo del playback, en ese concierto, algo obvio y que a todas luces todo oyente deberá reconocer, presumiblemente imputable a una laringitis severa de diagnóstico reciente en aquel momento, o incorrectamente tratada y, por consiguiente, acentuada en su gravedad con el transcurso de las fechas, los vídeos subrayan un rasgo del carácter de Jackson persistente a lo largo de su vida: el de no saber admitir a tiempo las limitaciones padecidas en cuanto a condición física e integridad, dejándose llevar por la adrenalina o impelido por una suerte de autoexigencia mal entendida, hasta el punto de ver comprometido su estado de salud (en este caso, en lo que a sus cuerdas vocales se refiere), o, como This Is It corroboraría más tarde, para nuestra desdicha y la suya, hasta su propia vida, como finalmente así sucedió.
Por otra parte, aquí se asiste a la dicotomía ambivalente, por un lado, entre el derecho de uno/a a recibir todo tipo de información, antes desconocida, aunque la misma pueda perjudicar al ídolo de muchos/as, como la que nos ocupa; o, por otro, el del respeto a la reputación como intérprete de un artista ya fallecido, sin posibilidad de respuesta a este material, el cual, sin duda, ningún favor, creo, le va a ocasionar con su difusión.