Reflexión ajena que personalmente suscribo:
"1) Aplicar la lógica, para refutar la idea de Dios, tal cual, como se presenta en las creencias religiosas, no tiene sentido, ya que las creencias religiosas carecen totalmente de lógica y se basan, principalmente, en concepciones emocionales, supersticiosas y sustentadas en una visión “infantil” del universo, donde el “creyente” acepta, sin cuestionamientos, la falta de pruebas que tiene su creencia, sosteniendo la valides de ellas, sólo en la “fe” que el siente, que es una evidencia en sí misma para el creyente. Como dijo alguien por ahí, la fe de un dogma es proporcional a su absurdidez, es decir, a mayor incoherencia del dogma, mayor fe se necesita para aceptarlo. Por otro lado, para probar la existencia de “algo”, que no podemos medir directamente, por carecer de los instrumentos y/o capacidades necesarias para hacerlo, se realiza a través de la observación de otros fenómenos que si se pueden medir y/o comprender lógicamente y que evidencian la existencia de otro desconocido. En el campo de la astrofísica, cuando se observan ciertos fenómenos en el universo, en torno a estrellas que se comportan de una forma extraña, se concluye generalmente, la “existencia” de otro fenómeno que no se puede medir, pero que si estaría presente y explicaría los efectos provocados en los otros cuerpos celestes. En este caso se habla siempre de un agujero negro, materia oscura o lo que sea, que sería el causante oculto, percibiéndose a través de los otros objetos. Para llevar este mismo criterio y aplicarlo en nuestro conocimiento del mundo y del universo, para así poder desentrañar la existencia “real” de una “entidad” supra-inteligente involucrada en el “diseño” del universo, tendríamos que buscar en nosotros mismos, ciertos fenómenos que nos resulten más entendibles y, a través de ellos, inferir si su causa esta en otro lugar. Por ejemplo, la conciencia humana, con su capacidad de observar el mundo y comprenderlo, como se formó, por una “suerte” de eventos y combinaciones aleatorias afortunadas, que produjeron “mágicamente” de la “nada” la existencia de este prodigio. Es decir, de lo inanimado, surge la ¿conciencia? con todo lo que ella representa en el escenario del universo y aceptamos fácilmente que se hizo de la nada... si esto lo llevamos a la vida cotidiana, nadie creería que su computadora se hizo sola, que apareció por un azar de combinaciones y no hubo una mente detrás de ella. Por el contrario, no podríamos considerar eso posible, pero, sin embargo, para los demás fenómenos del universo y humanos, que son mucho más increibles, creemos que si… que se hicieron solos, de la nada y por una especie de “suerte” cósmica, que los engrano mecánicamente, emergiendo a la existencia, como si estuviéramos hablando de una nube en el cielo, que es un fenómeno producido por fuerzas mecánicas inanimadas, pero que jamás podrían crear la vida. Basta con pensar en algunos, de los muchos misterios que nos circundad, incluidos nosotros mismos, para cambiar el enfoque que les damos, por ejemplo, el cuerpo humano, los animales, los sentidos, el soñar, la música, el sentir, etc. los cuales, no podrían tener una explicación tan simplista, como la dada a los fenómenos inanimados. Esto da para mucho… hay que reflexionar sobre múltiples aspectos, porque todos ellos aumentan nuestra capacidad de unirlos y concebir una inteligencia involucrada en la concepción de ellos… el asunto, es que las personas que se declaran “ateas”, generalmente no están conformes con las explicaciones “religiosas”, pero eso no es un argumento que tire a la basura la “idea” de una “inteligencia consciente”, la cual, aun no podemos vivenciar empíricamente, pero si podemos, inferir a través de otros fenómenos. _______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ 2) La verdad, es que no soy ateo… ni tampoco me defino como alguien que siga un “credo”, inspirado en algún dogma concebido por un iluminado … más bien, intento observar la naturaleza y llegar a ciertas conclusiones por mis propios medios… ya que sobre muchos aspectos de la existencia misma de la naturaleza y del universo, no hay ninguna certeza al 100%, por lo cual, no es prohibitivo querer cuestionar lo ya establecido como “cierto” y darle otra vuelta. Incluso en el ámbito de las ciencias, se subsiste en base a especulaciones, que por cierto son mucho más coherentes que una explicación religiosa, pero igualmente falibles… basta que un nuevo descubrimiento, aporte nuevos datos y “eso” que se daba por cierto se desvanece en el aire… por lo mismo, no descarto ningún planteamiento, por muy desacreditado que este, ya que no quiero observar la naturaleza con prejuicios y descartar porque si algo. Como dije en el texto anterior, al proponer la “existencia” de una “conciencia inteligente” implicada en todo el proceso de formación del universo, no estoy pensando en un ser personificado en un “superhumano”, como lo conciben los religiosos, sino, por el contrario, en “algo” muy distinto, como un principio activo, consciente e inteligente, que está presente en cada “partícula” del universo, como una fuerza vital estructurada coherentemente en todo. Por el momento, es sólo esto, un enunciado para dejarlo escrito. Estas conclusiones la he desarrollado, aplicando el mismo criterio descrito para el caso de la astrofísica, descrito más arriba. Observar los fenómenos más conocidos y desde ahí, buscar el principio oculto. Ahora, sobre estos asuntos, no soy el único que llega ha estas conclusiones, existen varias personas, en el campo de las ciencias de todo tipo, que las piensan parecidamente o por otros caminos, pero no las exponen públicamente, ya que serán presas de las burlas y el escarnio de sus colegas que los tildaran automáticamente de creyentes religiosos, sin tomarse la molestia, ni siquiera de escuchar lo que estos científicos podrían decir al respecto. Para concluir, basta con decir que el universo, la naturaleza, los seres vivos, etc… son un completo misterio, de los cuales, todavía falta mucho por decir. “Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano»” Isaac Newton "La ciencia sin religión está coja y la religión sin ciencia está ciega". Einstein “Confía en aquéllos que buscan la verdad; duda de los que la han encontrado” Andre Gide"