Especial origen de expresiones:
Tela marinera: cuando algo tiene tela marinera, es porque es complicado y/o inabarcable.
Tiene su origen en lo extremadamente caro y engorroso que resultaba crear las velas de un barco, así como la gran cantidad de tela que se necesitaba.
Matar el gusanillo: en la antigüedad se pensaba que los movimientos estomacales y los ruidos de cuando tenemos hambre los producían unos parásitos que vivían en el estómago. Para calmarlos ( o matarlos, según la expresión), había que tomar un poco de comida o echarse un chupito de aguardiente en ayunas. Este calmaría al bicho que jugeteaba con las tripas y haría que se durmiese. El mismo Pasteur, el famoso bacteriólogo francés del siglo XIX, pensaba que estos bichejos estaban en la boca y eran arrastrados al estómago cuando se ingería comida.
Irse por los cerros de Úbeda:
esta expresión viene ni mas ni menos que del año 1233 , durante la toma de Jaén por el rey Fernando III El Santo. Al parecer, uno de sus mejores capitanes, Álvar Fáñez, se esfumó momentos antes del combate. Apareció de nuevo cuando la ciudad ya había sido tomada, y como excusa puso que se había perdido por los Cerros de úbeda, sin embargo, los famosos (en este país, claro) cerros no son lo suficientemente grandes como para perderse con un ejército, por lo que la corte entera lo tachó de cobarde, gallina, capitán de las sardinas, jurl, jurl!
Ser un as: aquí no hay mucho misterio, en efecto: ser un as es ser el mejor. Es así porque el as es la carta con mayor valor de la baraja en el póker. Sin embargo no fue siempre así: durante El Siglo de Oro, decirle a alguien que era un as era un insulto, pues en verdad era una forma acortada de llamarle asno.