BOTAS SABATÓN
Un sabatón es la parte de la armadura de un caballero que cubre los pies. Pero no supimos esto hasta que Michael nos envió a Londres a ver armaduras en 1991.
(…)
“Necesito unos zapatos de metal con los que pueda bailar”, nos dijo cuando volvimos del viaje.
Michael quería unas botas sabatón pero sabíamos que si el metal no se doblaba, podía ser doloroso de usar y difícil para caminar y bailar.
Hablamos con gente que conocíamos en efectos especiales y utilería. Les dijimos que estábamos haciendo unas botas totalmente de metal que pudieran unirse a unas Beatle de piel. “Eso no se puede hacer, el metal no cede. No podrá doblarse en el contorno del pie”, decían.
Pero persistimos. Dennis pasó semanas estudiando libros y dibujando diagramas hasta que descubrió un modo de hacer ceder al metal.
Con los dibujos en la mano, nos encontramos con Michael en Record One, en Sherman Oaks, donde estaba grabando. “He averiguado cómo hacer unas botas de metal con las que puedas bailar”, le dijo Dennis a Michael enseñándole el trozo de papel. “Echa un vistazo”.
Michael lo miró pretendiendo entender detrás del análisis y la ciencia que había detrás del dibujo de Dennis. “Tenéis cuatro semanas”, dijo escribiendo la fecha bajo el dibujo. No teníamos idea si las necesitaba para algo y, en realidad, no importaba. Todo lo que importaba era que teníamos cuatro semanas y el reloj había empezado a correr.
Para tomar las medidas de los pies de Michael hicimos moldes de sus pies y un zapatero hizo unas botas Beatle de piel. Después de cubrirlas con aluminio, Dennis marcó con rotulador líneas verticales en los lugares donde se mueve el pie: en la línea de los dedos y en el tendón de Aquiles. Después las cortó con una cuchilla y usó las piezas como patrones para unas nuevas piezas que se harían de metal. Hizo agujeros en estas nuevas piezas y las unió con alfileres de cristal.
Cada pieza de metal tenía de un cuarto a un octavo de pulgada de espesor, en sentido descendente desde el tobillo hasta los dedos, solapándose unas a otras como las tejas de una casa. Esto permitía a cada pieza de metal deslizarse bajo la que tenia sobre ella y permitiendo así al pie doblarse, al mismo tiempo que creaba la ilusión de metal sólido.
El primer prototipo tenía la puntera cuadrada pero, cuando se lo enseñamos a Michael en Record One, dijo que prefería una puntera más fina para alargar el pie.
Dennis se guardó su primera respuesta, solo apropiada para que la escuchara el diablo, y con el tono de un soldado recibiendo órdenes dijo: “Estaré de vuelta en unos días”. Dennis tuvo que empezar desde el principio con un nuevo par de botas con la punta afilada, que terminó en solo tres días.
Antes de hacerlas en plata, Dennis quería saber si Michael podría usarlas confortablemente. Sería muy caro y arriesgado cortarlas en plata solo para comprobar que no podía usarlas. Lo comprobó haciendo un prototipo en acero de calibre 18, que pesaban 4.5 kg.
Estábamos en el Hotel Madison, en Washington, solo unas horas antes de la visita de Michael a la Casa Blanca. Mientras se las daba, Michael las miraba como si fueran un regalo de Navidad, dándoles la vuelta por todos lados, fascinado por el modo en que la bota de piel estaba oculta bajo el acero. Se quejó de la dureza del metal, diciendo que parecía que lo habíamos sacado de una chatarrería, y le recordé que las de verdad serían de plata. Le ayudé a ponérselas y caminando por la habitación se giró y me ofreció su mejor aleluya exclamando: “¡Funcionan!”.
Dennis tardó unas siete semanas en hacer un perfecto par de botas, trabajando con especialistas plateros que le enseñaron. No había espacio para el error. La plata es demasiado cara para tratarla como arcilla. Un error y no hay vuelta atrás. Las soldó, moldeó y cosió de modo que la piel se unió al metal de un modo imperceptible. El producto final daría la impresión de que Michael estaba caminando con zapatos de metal sólido.
Cuando se las presentamos, quedó aliviado al verlas. “Parecen joyas”, dijo, mientras miraba la superficie pulida de las botas. “Sabía que podríais hacerlo. Gracias”.
continuará...