Es increíble y todo apunta a un desenlaze de película.
Espero que no hayan sido los padres, porque es que sería el colmo.
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Los padres de Madeleine, «sospechosos formales» de la muerte de su hija
La Policía ofrece a la madre que se confiese culpable y propone que cumpla dos años
Los McCann se defienden con su ya tradicional cierre de filas y aseguran, a través de familiares, que no tienen nada que esconder.
Faro (Portugal)- La Policía portuguesa declaró anoche también «sospechoso formal» con control de identidad y residencia –la medida de coacción mínima y obligatoria– al padre de Madeleine, Gerry McCann, tras interrogarle durante más de ocho horas, según anunció su abogado, Carlos Pinto. De esta manera, se encuentra en la misma situación que su mujer, Kate, que se sometió antes que él a un interrogatorio de 16 horas de duración.
Cuando McCann entraba ayer por la tarde en la comisaría de la Policía Judicial (PJ) de Portimao para prestar declaración como testigo en solitario, y por segunda vez desde la desaparición de su hija, ya se sabía que su mujer, Kate McCann, que había estado testificando ante la Policía durante dos días, había sido declarada formalmente «argüida» (sospechosa a medias), pero no acusada, de la muerte de su hija. Un miembro de la familia dijo a los medios británicos ayer por la tarde que la Policía ofreció a la madre un «pacto»: dos años de prisión si admitía que mató de forma accidental a su hija. Por lo visto, la Policía cree que a Madeleine la mataron accidentalmente y que su cuerpo fue primero ocultado, después trasladado a varios lugares y vuelto a ser escondido.
Las pruebas
Justine McGuinness, portavoz de la familia McCann, dijo ayer que la Policía lusa piensa que Kate McCann tiene algo que ver con la muerte Madeleine. «La Policía cree que tiene pruebas de que alguna manera, ella está involucrada en la muerte de su hija. Naturalmente todo esto es totalmente absurdo», dijo McGuinness.
Según la portavoz, la creencia de los agentes se debe a que supuestamente se han encontrado unos restos de sangre de Madeleine en el maletero del coche que los padres habían alquilado 25 días después de su desaparición. Se trata tan sólo de supuestos rastros, porque la Policía no ha confirmado su hallazgo, ni ha hecho ninguna declaración al respecto. Pero para la opinión pública es un hecho, aunque nadie sabe de dónde ha podido salir este tipo de información. La portavoz familiar dijo también que ayer, cuando Kate McCann salió de la comisaría, lo primero que quiso hacer fue dar un fuerte abrazo a sus dos hijos mellizos, Sean y Amalie, de dos años de edad.
El hecho que la madre haya sido declarada «argüida», parece que ha dado un vuelco total al caso que, desde el pasado 3 de mayo, ha sido seguido por los todos los medios del mundo. Gerry y Kate McCann insisten en que su hija ha sido secuestrada. Sin embargo, y aunque no existe ninguna evidencia oficial, hoy por hoy Madeleine se considera muerta. La ley no permite a la Policía Judicial portuguesa informar del estado de las investigaciones que están abiertas, la cual ha dado lugar a que hayan surgido todo tipo de comentarios, muchos totalmente inverosímiles, mientras que el círculo policial parece que se concentra en los padres y amigos de la familia.
La investigación tomó una nueva dirección cuando en agosto unos perros especialmente entrenados en el Reino Unido detectaron pequeños restos de sangre y olor de cadáver en el apartamento y en efectos personales del matrimonio. Los McCann acudieron a Fátima y al Vaticano a pedir por su hija. Llegaron a Portugal con un grupo de amigos para pasar unas vacaciones en un complejo turístico de Playa de la Luz. Su hija desapareció cuando dormía junto a dos hermanos gemelos de 2 años mientras los padres cenaban con los amigos en un restaurante a escasos 50 metros de distancia.
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Policía declara también sospechoso al padre de Madeleine
Tras declarar por más de 8 horas, Gerry McCann, fue considerado por la policía portuguesa como "sospechoso" de la desaparición de la pequeña de cuatro años, de nacionalidad británica.
Foto: AP.
Viernes 7 de septiembre de 2007 | 19:40
EFE
Policía declara también sospechoso al padre de Madeleine Tras declarar por más de 8 horas, Gerry McCann, fue considerado por la policía portuguesa como "sospechoso" de la desaparición de
La policía declaró hoy también sospechoso al padre de Madeleine, Gerry McCann, tras interrogarle durante más de 8 horas, según anunció su abogado, Carlos Pinto.
Horas antes, la madre de la niña británica desaparecida el 3 de mayo, Kate McCann, fue considerada igualmente sospechosa, después de 16 horas de interrogatorio.
La Policía decidió llamar a declarar por primera vez a los padres por separado tras conocer los análisis de manchas de sangre y otros restos biológicos encontrados en el apartamento, el coche y otros efectos de la pareja.
La pareja entró- con horas de diferencia- a declarar como "testigos" a las instalaciones de la Policía Judicial portuguesa en Portimao, cerca de la zona turística del Algarve donde desapareció su hija de 4 años.
La portavoz de la mujer, Justine McGuinness, explicó esta mañana que "justo antes de que la sesión (de interrogación a su clienta) terminara la pasada noche, la policía dejó claro que tenía más preguntas que hacerle que requerían que fuera interrogada en calidad de 'arguida' en vez de como testigo", explicó Mc Guiness.
La palabra portuguesa "arguido" significa en términos jurídicos acusado o implicado y a efectos de la investigación policial, previa a la acción de los tribunales, supone que es sospechoso de estar relacionado con el delito.
Los McCann, una pareja británica muy católica, acudieron con un grupo de amigos, la mayoría médicos como ellos, a pasar unas semanas de vacaciones en un complejo turístico de Playa de la Luz, en el Algarve portugués.
Su hija desapareció cuando dormía junto a sus dos hermanos gemelos de 2 años mientras los padres cenaban con los amigos en un restaurante cercano.
En cuatro meses de investigación y en medio de una gran campaña mediática lanzada por los padres para buscar a su hija en varios países, la policía portuguesa sólo consideró sospechoso a un británico, Robert Murat, que habitaba una casa cercana al apartamento de los McCann.