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Zaplana se lleva a casa un millón de euros -imagino que anuales- por sus puestos en los consejos de las filiales Telefónica O2 Europe y Telefónica O2 República Checa. Ya sabemos que Telefónica le debe grandes favores al PP, que la privatizó. David Taguas, ex director de la Oficina Económica del Presidente Zapatero, también se fue al mundo de la empresa, nada menos que a la patronal de la construcción. El meritorio Josu Jon Imaz, que renunció a la presidencia del PNV, ha curado sus frustraciones haciéndose cargo de PETRONOR, petróleos del Norte, que tampoco parece un mal destino.
Los políticos no contribuyen con sus sueldos al mantenimiento de los partidos, estos reciben subvenciones por numerosos cauces, pero tampoco parece bastarles. No soy la única que me asombro por fortuna.:|
“Si la cantidad es suficiente, la posición de los partidos ante la corrupción debería ser de una claridad meridiana; y si no lo es, deberían explicarlo y pedir más dinero, porque los partidos son absolutamente necesarios en un sistema democrático, muy bien, pero año tras año vemos cómo los partidos políticos gastan más de lo que recaudan, que no es poco. Y no entran en quiebra. ¿Por qué? Porque los Parlamentos lo permiten, y porque los bancos lo consienten. De cuando en cuando, hasta les condonan sus deudas.
Lo peor es que casi todos los partidos democráticos participan, cómplices entre ellos, del implícito acuerdo de no cuestionar sus sistemas de funcionamiento los parlamentarios fijan sus dietas de viaje y comida, y hasta sus planes de pensiones, algunos tan escandalosos como los que disfrutan los parlamentarios europeos, que alcanzan además el derecho a la pensión máxima con tres años de dedicación mientras un trabajador normal necesita 35.
Viven como dioses, reciben sustanciosos emolumentos, tienen su futuro asegurado, vuelan por sus días entre flashes, halagos y
peloteos, y además gozan del poder. Entre los más dispuestos también hay mucha inoperancia, no vemos resultados suficientes. Tenemos que plantearnos, muy seriamente, si podemos seguir tolerando este estado de cosas.