Episodio 41 - El Hilo Invisible
Web https://mjradio.net/41-el-hilo-invisible/
Ivoox https://go.ivoox.com/rf/61087261
Spotify https://open.spotify.com/episode/1IBHMq3LbeZpjCmrDZyKyk?si=HVmoQKGAQ3SCOdKMIn6NDw
Es curioso pensar que en 1978, con la grabación de la película «The Wiz», Michael Jackson conoció y comenzó a trabajar con un verdadero mago musical. No, no hablamos de Quincy Jones, sino del gran genio detrás de la consola que permaneció ahí incluso más tiempo que cualquiera. Bruce Swedien, el ingeniero de sonido a quien debemos la experiencia acusónica que permite que disfrutemos de la música sin importar si lo hacemos con los audífonos más baratos del mercado. Bruce fue un auténtico científico en el estudio de grabación, uno con la suficiente sensibilidad, y habilidad técnica, como para saber que la música no solo se escucha, sino que se siente con el cuerpo y el alma. Él es el responsable de la pureza y calidad de audio que hace que el tiempo no pase por su trabajo, pero también de todo un método para capturar toda la magia del estudio. Bruce permitió que la música de Michael Jackson tuviera más que su voz al permitir, y propiciar, que en las grabaciones se quedara también el sonido de su baile. Su fantasía sónica nos regaló la experiencia de escuchar, ver y sentir la música, no con colores como él y Quincy decían poder ver, sino con el alma. Logró registrar e incluir como un instrumento más, el ritmo que corría por todo el cuerpo de MJ, y agregó un sentimiento mucho más orgánico a su obra. Y qué decir de esas paredes de voces en forma del coro Michael Jackson, algo que ningún aparato podría replicar. Por si fuera poco, Bruce demostró ser uno de esos pocos pilares que se mantuvieron leales a Jackson a pesar de todas las tempestades que atravesó en vida y más allá. Hoy, en compañía de Marisa Ramírez, Toni Arias y Rodrigo Freire, rendimos este cariñoso homenaje a un genio que puso a la música primero.
Web https://mjradio.net/41-el-hilo-invisible/
Ivoox https://go.ivoox.com/rf/61087261
Spotify https://open.spotify.com/episode/1IBHMq3LbeZpjCmrDZyKyk?si=HVmoQKGAQ3SCOdKMIn6NDw
Es curioso pensar que en 1978, con la grabación de la película «The Wiz», Michael Jackson conoció y comenzó a trabajar con un verdadero mago musical. No, no hablamos de Quincy Jones, sino del gran genio detrás de la consola que permaneció ahí incluso más tiempo que cualquiera. Bruce Swedien, el ingeniero de sonido a quien debemos la experiencia acusónica que permite que disfrutemos de la música sin importar si lo hacemos con los audífonos más baratos del mercado. Bruce fue un auténtico científico en el estudio de grabación, uno con la suficiente sensibilidad, y habilidad técnica, como para saber que la música no solo se escucha, sino que se siente con el cuerpo y el alma. Él es el responsable de la pureza y calidad de audio que hace que el tiempo no pase por su trabajo, pero también de todo un método para capturar toda la magia del estudio. Bruce permitió que la música de Michael Jackson tuviera más que su voz al permitir, y propiciar, que en las grabaciones se quedara también el sonido de su baile. Su fantasía sónica nos regaló la experiencia de escuchar, ver y sentir la música, no con colores como él y Quincy decían poder ver, sino con el alma. Logró registrar e incluir como un instrumento más, el ritmo que corría por todo el cuerpo de MJ, y agregó un sentimiento mucho más orgánico a su obra. Y qué decir de esas paredes de voces en forma del coro Michael Jackson, algo que ningún aparato podría replicar. Por si fuera poco, Bruce demostró ser uno de esos pocos pilares que se mantuvieron leales a Jackson a pesar de todas las tempestades que atravesó en vida y más allá. Hoy, en compañía de Marisa Ramírez, Toni Arias y Rodrigo Freire, rendimos este cariñoso homenaje a un genio que puso a la música primero.
Última edición: