Recordando el 29 aniversario del álbum BAD.
¿29 años???
Hay unas cuantas expresiones que no me gustan nada:
-Cosas que hacer antes de morir
-Una vez en la vida
-$#@% lo que pase
-Es como es
-El tiempo vuela
El rollo es que el tiempo sí vuela.
No es que parezca que estábamos en el estudio hace un par de meses para hacer el álbum Bad, pero tampoco parece que fue hace 29 años. (En realidad, la producción podría haber seguido durante 30 años).
El álbum Bad fue grabado en los Estudios Westlake, Estudio D, en Santa Monica Blvd, West Hollywood, California. Hasta el día de hoy es un bonito estudio con algunas pequeñas características:
-Tiene una mini-cocina (básicamente, una máquina de café)
-Un baño con ducha (el cual utilizábamos para grabar muchos sonidos de percusión del álbum)
-Una claraboya mecánica (creo recordar que había una en la sala de grabación y otra en la habitación de Michael de la planta alta)
-Una cocina y una sala en el piso de arriba
-Una entrada privada por el aparcamiento (muy apropiada para que los VIPs se colaran sin llamar mucha atención)
-Algunos de los altavoces más potentes con los que he trabajado jamás
- Una enorme sala de control, particularmente para ser finales de los 80.
El clásico ‘ambiente’ Westlake está por todas partes (techo inclinado, paredes desniveladas, paneles delgados, nada de ángulos de 90º, etc.)
Uno de los muchos recuerdos del álbum Bad son los sándwiches de pollo de Quincy.
Quincy tenía un cocinero llamado John-Luke. Este hombre sabía cocinar. Al menos una vez a la semana se pasaba por allí con un plato de simples sándwiches de pollo que estaban increíbles. Nunca he comido un sándwich de pollo que se les parezca. El pollo estaba jugoso y tierno, con solo un poco de mayonesa, un trozo de jalapeño y algo de sal y pimienta, servidos en pan tostado cortado en triángulos. He intentado hacerlos igual, sin suerte.
Bruce tenía su Macintosh 128 original en un carrito con ruedas a su lado en la consola, con una caja de discos flexibles. Solíamos escribir letras, anotaciones, listas de cosas por hacer, etc, y las grabábamos en ellos para el proyecto.
También tenía su taza de café (normalmente, mitad de café y mitad de agua caliente) en un posavasos junto a su Mac. Bruce solía entrar al estudio unos minutos antes del mediodía (el trabajo fuerte comenzaba al mediodía), abría su maletín y lo dejaba a mano para todo el día. Era el capitán del barco, y Quincy le llamaba constantemente “Svensk”. Bruce adoraba también los Butterfingers (snacks de chocolate) y siempre había uno reservado en alguna parte para tomar después de la cena.
Rod encontraba habitualmente un sitio cerca de Quincy o Michael, y empezaba a llenar varios ceniceros a lo largo del día. Recuerdo como teníamos purifcadores de aire cerca de él, pero no recuerdo que hubiera nunca olor a humo en el estudio. Rod siempre tenía una broma a mano con su fuerte acento británico, y era muy generoso, divertido y talentoso. Además era el más exagerado que he visto en mi vida moviendo la cabeza de delante hacia atrás cuando la música empezaba a sonar, era como una máquina bien engrasada. Lastima de la demo que no recibía su aprobación de cabeza.
Ni Rod ni Quincy sabían conducir. A Quincy siempre lo llevaba una persona de su equipo de seguridad, y Rod normalmente cogía un taxi desde su casa en Mulholland.
Chris Currell estaba siempre sentado en una esquina ante su Synclavier, experimentando con sonidos en esa enorme máquina. Recuerdo que siempre había una competición entre Michael y Peter Gabriel por ver quien tenia el mayor y más potente Synclav. Me acuerdo de ayudarle a desempaquetar nuevas piezas que costaban aproximadamente la cuarta parte del valor de mi casa. Chris era –gran sorpresa- bastante amigable y fácil de tratar. Nada de drama y mucho talento.
Craig Johnson estaba al otro lado de la habitación, manejando el panel, los aparatos de efectos, las grabadoras, el almacén, el sincronizador, etc. Además también mantenía el buen ambiente y la diversión, sobre todo con juegos de palabras.
Miko Brando llevaba a veces a Michael, otras veces pasaba por allí para hacer recados, llevar cosas o pasar el rato con nosotros. Era muy amigo de Michael y un placer verdaderamente estar a su lado. Me solía sentar en la pequeña cocina del estudio con Miko en muchas ocasiones y ayudaba con tareas que Michael necesitaba hacer, o simplemente intercambiábamos historias. Las suyas eran mejores.
Mark Hagen era otra parte del equipo de comedia. Mark estaba trabajando como aprendiz de Bruce, y eran una buena ayuda mutua a la vez que buenos amigos. Yo creo que ambos acabamos por llevar a Rod, Quincy o Michael una vez u otra. Qué curioso que casi la mitad del equipo no sabía conducir. Mark y yo teníamos otras sesiones que atender durante el proyecto, pero siempre volvíamos al Estudio D por la tarde o por la noche.
Sobre la marcha, había constantes visitas como Siedah, Frank Dileo, John Barnes, Jerry Hey, las Slank Dunk Sisters, Jolie Levine, Evvy Tavaski, Norma Staikos, y por supuesto, Bill Bray (entre otros).
Todo el mundo quería a Bill. Solía llamar a Michael, “Joker”.
“¿Sabes lo que hizo Joker?”, me preguntaba. “Tiró mis zapatos por la ventana en Tokio y ¡tuve que salir en calcetines a comprarme otros!”. Entonces se reía con esa hermosa voz grave suya. Uno de los hombres más encantadores que podrías esperar conocer.
Bill siempre parecía llegar sobre la hora de la cena (5 de la tarde más o menos) y siempre nos metíamos con él por eso. Más risas, más amistad.
En el centro de todo, estaba Michael. El chico de increíble talento, encantador, divertido y humilde con quien fui afortunado de tener una relación laboral a lo largo de casi dos décadas. Nos habíamos conocido durante la producción de Capitán Eo, con Matt Forger en el Estudio A de Westlake, y ahora me había invitado a ayudarle con este proyecto.
Solía llegar temprano para hacer ejercicios vocales con Seth Riggs, y muchas veces estábamos los tres solos en el estudio, preparando todo lo del día. Siempre tenía frio, así que preparaba calefactores para él, al mismo tiempo que tenía que mantener el estudio frio para los equipos. Solía saludar a todo el mundo con un abrazo cuando llegaba y se marchaba.
Casi siempre se ponía pantalones negros de pana, una camisa gruesa de manga larga, sus zapatos negros, y a veces, una enorme chaqueta. Y por supuesto, el sombrero y las RayBans. Era una estrella del rock, y siempre tenía un aspecto genial.
Michael Bush paraba algunas veces por allí para enseñarle a Michael algunos trajes, y él se los probaba en el piso de arriba, pero nunca se los ponía en la sala de control cuando estaba con nosotros. Tambien me parece recordar a Joe Pitka pasando por allí, y a Emmanuel Lewis, que fue varias veces.
Los animales también nos visitaban, incluído Bubbles y dos jóvenes chimpancés que no recuerdo bien sus nombres… ¿Lucy? Muscles, la pitón, pasó una o dos veces, pero no muy a menudo. Más de una vez tuve que sostener a Bubbles o a uno de los más pequeños mientras Michael cantaba. No les voy a mentir, era divertido.
Recuerdo su aperitivo favorito durante el proyecto: granadas. La cosa es que las granadas son difíciles de comer, con todo el jugo púrpura chorreando por los dedos y cayendo por la barbilla. A Michael no podía preocuparle menos, ¡le encantaban! Se ponía a comerlas con todas sus ganas sentado junto a Bruce y la consola, derramando el jugo por sus manos y el reposabrazos de cuero de la consola. Cuando se iba, Mark y yo limpiábamos todo un poco con unas toallitas de papel.
Otro aperitivo favorito eran las palomitas. Comíamos tantas que las Slank Dunk Sisters tenían dos máquinas en la planta de arriba para tener siempre hechas. Nosotros pensábamos que era comida ‘saludable’, pero después de que vertieran una taza de mantequilla en cada bolsa, creo que la parte ‘saludable’ se fue por el tragaluz. Pero estaba bien, y después de un par de horas, el suelo estaba lleno de palomitas por todas partes.
Bruce tenia muchos ‘dichos’ por los que era famoso a lo largo de los años. Uno de mis favoritos era, después de una cena enorme que nos preparaban las Slam Dunk, y que decía quejándose: “¡La única cosa mala de esta comida es que me ha arruinado el apetito!” Ese es Bruce 101, y a Michael le encantaba.
Michael empezó a llamarme “Really, Really Brad” casi cada vez que entraba en la habitación. Era divertido y en cierto modo genial. Yo sabía que Bad iba a ser un single, pero ninguno de nosotros sabía que sería el título del álbum. Por entonces lo llamábamos solo “El Proyecto”. Bruce también me llamaba a veces “Really, Really Brad”, pero Quincy siempre me llamaba “Braddy Daddy”. ¿Podría pedir un apodo mejor de Quincy Jones?
Era divertido. Era pura magia. Las canciones iban llegando a una milla por minuto, y aunque los días y las noches eran a veces muy largos, la vibra era increíble. Creo que, por cada compás de música grabado, había un minuto de risa en la sala. Una sala llena de amigos. Un estudio en familia.
Conforme el proyecto avanzaba, las canciones crecían. TWYMMF era como un muro de truenos. Smooth Criminal era eléctrica. Después llegó Man In The Mirror. Bruce ponía Mirror a casi cada invitado que llegaba, a todo volumen. Era habitual en nosotros tener que sustituir un altavoz de 18” por semana. En serio, había cuatro de ellos en la sala e iban cayendo como locos. Era como una carrera de coches cuando uno de ellos explotaba. En un espacio de unos tres minutos tuvimos que cambiar dos.
No parece que hayan pasado 29 años, pero el calendario no miente. Recuerdo que durante el proyecto hubo una niña que quedó atrapada en un pozo, (la pequeña Jessica), y todos veíamos la televisión a diario hasta que la rescataron felizmente. El accidente de Chernobyl también pasó por esa época. Fue también cuando compré mi primer reproductor de CD, que descansaba orgullosamente sobre mi aparato Beta en casa.
29 años pasaron volando, pero no, no voy a hacer un juego de palabras con Speed Demon aquí.
Brad Sundberg
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Próximos seminarios:
(Fechas aún por confirmar)
Londres: 15 Octubre
Dublín: 18/19 Octubre
Berlín: 22 Octubre
Ciudad de Mexico: 12 Noviembre
Australia: Ciudades y fechas por confirmar- Enero 2017