Yo hago con mi cuerpo, mi mente, mi alma y todo lo demás lo que YO quiero, y ni una institución ni un libro escrito por vete tu a saber quienes, ni un ente que ni su existencia es capaz de probar podrán decirme lo que debo hacer con ellos.
Ya va siendo hora de que el ser humano sea libre de limitaciones absurdas, que si pecados, que si purgatorios -.- No somos niños pequeños, no hay ni piruletas ni hogueras para purificar nuestro cuerpo ¬¬.
Eso si, puntualizo: se puede hacer lo que se quiera con uno mismo sin hacer daño a los demás, obviamente. Mis derechos y mi libertad terminan donde empiezan los de los demás y no porque lo diga el derecho español o la Biblia, sino porque tengo mi propia moral y respeto a los demás individuos (tanto humanos como no humanos).
Salu2