Os dejo otra historia, seguro que en estos días nos ayuda a olvidar un poco todo lo que tenemos encima.
Espero que os guste!!
American Bandstand 50º Aniversario
por Marjorie De-Faria, EE.UU.
Lugar: Auditorio Cívico de Pasadena
Presentador: Dick Clark
Fecha: 20 de abril de 2002
Tenía el equipaje hecho y todo estaba preparado para marcharme a las 19.30 de la tarde el viernes 19 de abril. Mi mente estaba acelerada y mis niveles de ansiedad se habían disparado. Conducir hasta Pasadena solo me llevaría una hora en coche, pero esperar a que llegaran los demás me estaba poniendo nerviosa.
Finalmente todo el mundo se presentó como estaba planeado y por fin estábamos en camino para ver al “Rey del Pop”.
Para aliviar mi tensión nerviosa puse en la radio la emisora de clásicos del pasado de Dick Clark, solamente para preparar el ambiente antes del espectáculo.
La noche era cálida así que teníamos las ventanas abiertas y cantábamos a pleno pulmón las canciones que ponían en la radio. Nancy y Anne estaban en el asiento de atrás cantando “ABC” de los Jackson Five. Estaban cantando tan fuerte que en el coche que estaba a nuestro lado empezaron a mirarnos de forma extraña, lo que nos hizo reír.
Era como si hubiéramos entrado en una máquina del tiempo en la que podíamos volver a ser adolescentes que se divierten sin preocuparse por nada.
Conducir por la noche no estaba mal, teniendo en cuenta el tráfico de Los Ángeles. Evitamos toda la aglomeración de trabajadores y se nos hicieron las 23.00h. Todo el mundo estaba ya muy cansado, así que llegamos al hotel, nos duchamos y nos fuimos a la cama.
El sábado amaneció más bien nublado, pero no transcurrió mucho tiempo antes de que saliera el sol y el día se volviera agradablemente cálido.
Yo estaba un poco cansada, durante toda la noche mi cuerpo había estado luchando por dormir pero mi mente estaba en “modo Michael Jackson”. Nos levantamos, nos vestimos y nos dispusimos a localizar el Auditorio Cívico de Pasadena. Encontrarlo no fue tan malo, pero saber exactamente a que entrada dirigirnos sí lo era, ya que había otras ceremonias en marcha esa mañana.
Había bastante seguridad en todas partes así que pregunté cual era la entrada para el espectáculo de American Bandstand. El guardia rió entre dientes. Yo le pregunté “¿qué es lo te hace tanta gracia?” “Oh” dijo él, “nada” y señaló al otro lado del estadio. Ahora veía de que se estaba riendo, cincuenta fans ya habían acampado y estaban tomando algo para desayunar, charlando entre ellos mientras esperaban. Esto fue a las 8:00 h., pregunté a una de las chicas si estaban allí por Michael… el grupo respondió ¡SÍ!
Al ver a la multitud me dio un ataque de ansiedad y decidimos que lo mejor sería volver al motel a cambiarnos. Parecía que la cola aumentaría si esperábamos más tiempo. Solo nos habíamos marchado una hora y la multitud ya había aumentado en cerca de setenta y cinco personas nuevas. Un joven acomodador nos dijo que teníamos que ponernos en la parte de atrás de la cola. Había fans de China, México, Japón, EE.UU., España e incluso Suecia haciendo cola por todos lados.
Era ya cerca del mediodía y hacía más calor, alrededor de unos 32 grados, era demasiado temprano para un clima veraniego y muchos de nosotros vestíamos de negro y ahora deseábamos que no fuera así porque el sol nos estaba achicharrando.
Había un montón de fans de Cher en la cola también pero los fans de Michael los superábamos en número.
Ninguno de nosotros tenía la menor duda sobre la cancelación del espectáculo ya que algunos fans sabían que Michael definitivamente estaría allí, como si tuvieran alguna conexión interna con él. Para mí fue una experiencia totalmente nueva.
En la parte delantera había un grupo de fans de Francia. Uno de ellos se acercó a nosotros y nos dijo: “Michael Jackson va a llegar pronto y estamos intentando reunir a tantos fans como nos sea posible para mostrarle nuestro apoyo. Él realmente adora esto. Así que ¿os gustaría a alguno de vosotros venir con nosotros y hacer esto por Michael?” ¿De verdad alguno de nosotros iba a decir que no? De modo que algunos nos marchamos con este grupo y otros se quedaron para guardar nuestro turno en la cola, seguimos a esos fans hasta el otro lado del auditorio por donde iba a llegar Michael.
La mayoría de nosotros íbamos vestidos con trajes de gala y tuvimos que apresurarnos hasta el otro lado del edificio. Todo el mundo empezó a correr con sus tacones altos así que me subí el vestido y empecé a correr. Creedme, pensé que iba a caerme de bruces contra el suelo.
Mientras tanto, los fotógrafos, que parecían buitres hambrientos esperando por su comida, nos vigilaban de cerca mientras estábamos todos apretados contra la valla mecánica. Entonces, de repente empezaron a sacar pancartas sobre Sony y Tommy Motolla. Nos dijeron que cuando las cámaras comenzaran a filmar gritásemos muy alto “Sony apesta” (Sony Sucks). Alguno de nosotros pensamos que no era una buena idea pero no dijimos nada en absoluto. Entonces los gritos comenzaron. “Soy apesta. Sony apesta. Sony apesta”.
De pronto el jefe de seguridad se acercó a nosotros y dijo: “Tenéis derecho a opinar, pero si esto continúa vamos a tener que pediros que os marchéis o no se os permitirá la entrada en el espectáculo. Va a haber prensa y mucha publicidad”, y añadió “y no queremos que ese tipo de cosas sucedan”. “Esta bien, no lo haremos” contestamos. Entonces le dijo a todo el mundo que guardara las pancartas.
Una vez que nos calmamos y sacamos nuestros regalos empezaron a hacernos fotos. El líder del club se aseguró de que yo estuviera en la imagen. Me colocó en la parte delantera junto a él. Sostuvimos nuestros dibujos y otros regalos para Michael y los fotógrafos tomaron las fotos con regocijo.
A los pocos minutos de esto llegaron los coches y entonces apareció Michael. Los fans comenzaron a gritar y a chillar a Michael, “¡Te queremos Michael, tienes nuestro apoyo absoluto, Sony apesta!” “Oh Dios”, me dije a mí misma “Me van a arrestar o algo por el estilo y terminaré por no ver nada del espectáculo”.
Pero entonces llamamos la atención de Michael y lentamente salió del coche con su guardaespaldas sosteniendo un paraguas sobre su cabeza. Michael se volvió hacia nosotros y empezó a saludar. Los fotógrafos hicieron su agosto. Michael se acercó un poco más a nosotros; alguien le entregó un cartel blanco con niños y bebés en él, Michael asintiendo con la cabeza lo aceptó. Avanzó lentamente entre la multitud de fans y de pronto estaba frente a mí. Yo no sabía que hacer, pesé que en realidad estaba soñando, traté de mantener el control sobre mí misma, pero no lo conseguí. Al igual que una niña tonta me puse a llorar, las lágrimas corrían por mis mejillas mientras intentaba alcanzarle para darle la ilustración que había hecho especialmente para él. Michael la cogió con mucho gusto. Me extendí para estrechar su mano inclinando la cabeza hacia él, como si me estuviera dirigiendo a la realeza. La mano de Michael era muy grande y tan suave como la seda, con ella envolvió toda mi mano por completo. Poco podía imaginarme entonces que “no” estrechas la mano con Michael. Abrazas a Michael. No obstante, a Michael no le importó.
No estaba preparada para lo que vendría después. Me arrastró hacia él y me abrazó, a pesar de las lágrimas, le susurré gracias. Él me agarró fuerte y me dijo en voz baja: “Deberías haberte quedado en casa, pareces muy enferma”. (Voy a explicar esta parte. Yo estaba recibiendo quimioterapia en ese momento y mi cara estaba muy hinchada, por no hablar de la decoloración y de que el caluroso día no ayudó mucho. Este es Michael, atento y preocupado por los sentimientos de los demás antes que por los suyos). Todo lo que pude murmurarle fue: “Lo sé, pero voy a estar bien”, y le dí las gracias otra vez.
Se apartó y me sentí bien, pero vacía sin su contacto. Me sentí abrumada y aturdida. Yo… una niña tonta de Boston, que había estado soñando con conocer a Michael durante siglos y que nunca había ido a ningún concierto y aquí estaba, justo enfrente de él y me había abrazado. Lágrimas… oh… las compuertas estaban ya muy abiertas a estas alturas.
Una vez más los gritos comenzaron. Pero ahora Dick Clark quería a Michael fuera de allí y en el interior del centro para comenzar la grabación. Durante aquel tiempo fui fotografiada con Michael, pero poco sospechaba yo por aquél entonces que, a menos que él tomara tu nombre, las fotos no serían publicadas. Un artista del Reino Unido que era amigo mío trató de comprársela al fotógrafo, pero él no quiso deshacerse de ella.
Mientras tanto, Michael volvió a la zona restringida donde otras personalidades y prensa estaban esperándolo. Yo pensé para mis adentros “¡Bueno, allá vamos!”, la seguridad venía corriendo hacia nosotros. Pero de repente los acomodadores anunciaron bien alto que si no nos movíamos y volvíamos a la cola perderíamos nuestros sitios y no veríamos el espectáculo. Por mucho que odiara alejarme de donde estaba Michael, no quería perderme la oportunidad de verlo actuar. Me había encontrado con Michael y todavía estaba pasmada y en estado de shock.
De golpe, la multitud empezó a dispersarse como loca, corriendo en todas direcciones. Tuve que quitarme los zapatos de tacón para correr. Una chica japonesa, que estaba a mi lado me dio un par de calcetines para que me los pusiera, me dijo que me arremangara mi vestido largo y las dos comenzamos a correr. Riendo a carcajadas mientras lo hacíamos.
Entonces alguien gritó: “Oh Dios, por aquí no, rápido, bajaremos las escaleras para ir por otro sitio”. Todos estábamos corriendo, saltando por encima de las pequeñas verjas y bajando las escaleras hasta donde estaba la fila. Me reí tanto. Ni en un millón de años me hubiera imaginado haciendo ese tipo de cosas y adorando cada uno de esos minutos. Me daba pánico perder el paso y caer por las escaleras o algo peor. Por el momento las dos estábamos llegando a la fila del principio con dificultades para respirar. No masajeamos mutuamente la espalda y bebimos agua para volver a la normalidad. Esa fue la mejor parte de estar allí. Los fans eran muy cálidos y acogedores, simplemente fantásticos los unos con los otros, independientemente de nuestras edades.
Eran ya las dos y media del medio día cuando las filas comenzaron a moverse lentamente en dirección a los controles de seguridad. Los fans que llevaban cámara comenzaron a dejarlas entre los arbustos y a entregar sus teléfonos móviles a sus amigos para que los dejaran en los coches, mientras otros metían a la fuerza sus móviles en sus pantalones. En cierto modo era una situación más bien cómica de ver mientras los acomodadores subían y bajaban gritando: “No se permiten ni cámaras, ni móviles, ni comida en el auditorio”.
Una de las filas comenzó a moverse y el club de fans de Francia comenzó intentó abrirse camino entre nosotros, rogando que por favor los dejáramos pasar. Los guardias de seguridad estaban empezando a enfadarse y les dijeron de una buena vez: “O volvéis a la parte posterior de la cola o salís de aquí”. El grupo francés replicó enfadado en su idioma, pero se dirigieron a la parte de atrás de la cola. En el momento los guardias de seguridad se marcharon, las chicas siguieron insistiendo y algunas de ellas llegaron al frente, el resto permanecieron en la parte de atrás de la fila. Como hacíamos la mayor parte de nosotros, quienes habíamos estado esperando durante mucho tiempo, bastante enfadados.
Una vez llegamos a los controles de seguridad, nos dimos cuenta de que no eran tan severos; en realidad pasamos por ellos con bastante rapidez, como el ganado fuimos conducidos en manada hacia otra fila. Ni siquiera revisaron nuestra identificación. Los grupos que habían conseguido los pases por correo fueron a la izquierda. El resto de nosotros, que llevábamos las entradas informatizadas impresas en papel fuimos hacia la derecha. Parecíamos habernos quedado allí bastante tiempo sin ir a ninguna parte.
Podíamos escuchar la música y todos asumimos que no íbamos a entrar o que nos quedaríamos fuera del próximo show.
De repente me envalentoné y decidí preguntar a uno de los acomodadores que era lo que estaba pasando exactamente. “Oh, están ensayando, han adelantado el espectáculo a las 3:30 y las filas se moverán en 20 minutos aproximadamente”. Pasaron otros diez minutos y, por fin, empezamos a ver movimiento en el interior del edificio. Ahí estaba, había llegado el momento, íbamos a ver a Michael. Oh Dios, esto es real. Seguí diciendo a las chicas que estaba por pellizcarme, pensé que estaba soñando y nos reímos tontamente.
Un acomodador sostenía un contador y pensé “Dios mío, por favor no me dejes ser la persona que se quede fuera porque no hay espacio”. Una vez que me devolvió mi entrada supe que todo estaba bien. Le oí decir: “Bueno, ya esta completa la planta de abajo, ahora vamos a empezar con el anfiteatro”. Estuvimos a tres personas de ser separados y ser enviados al anfiteatro.
Mientras corríamos ahora, nada de ir paseando, otro acomodador nos dijo rápidamente que podíamos ocupar cualquier asiento que quisiéramos siempre y cuando estuviese vacío. De nuevo, comenzamos a correr precipitadamente, atentos para no golpearnos la cabeza con las cámaras o tropezar con los largos cables eléctricos que estaban precariamente colocados por todo el suelo y se dirigían hacia el centro del escenario.
En los asientos centrales de las primeras filas se encontraban los antiguos bailarines de American Bandstand. Las siguientes dos filas, D, E, F y G estaban ocupadas por miembros de The King of Pop Fanatic.
Nosotros nos sentamos en la fila J, la gente fue muy amable dejándonos pasar entre las filas para poder sentarnos. Muchos de nosotros estábamos muy agradecidos de estar allí y de poder, por fin, sentarnos.
Estaba fascinada de ver todo aquello. Era como una niña que acababa de entrar en Disneylandia. El escenario principal tenía el logotipo “50th Anniversary” en la parte derecha y en la parte izquierda había una pequeña pantalla exhibiendo vídeos antiguos de los shows de American Bandstand. En el centro del escenario había una gran pantalla que mostraba más vídeo antiguos como Diana Ross cantando “Baby Love”, a continuación pusieron a Marvin Gaye, pero no tenían volumen, no podías oír la música en absoluto.
Por encima de todo el decorado había un enorme sistema de iluminación que parecía una nave espacial colgada de una forma amenazante, de vez en cuando las luces parpadeaban, como si fueran un objeto de atrezzo de la película de “Alien”. En la parte inferior, tanto a la derecha como a la izquierda, unas pequeñas luces que a primera vista parecían oscuros hombres del espacio en miniatura comenzaron a cobrar vida lentamente mientras su líder les pedía que se doblaran, giraran e hicieran brillar sus colores. Las luces eran cegadoras, blancas, amarillas, rosas y azules. El calor que provocaban de todas ellas era intenso, pero el que provenía de las de los lados era más intenso aún ya que se quedaron encendidas durante algún tiempo.
Finalmente, Dick Clark apareció por el lado derecho del escenario y recibió una calurosa ovación. Se veía muy bien, incluso mejor de lo que lo habíamos visto en la televisión, era todavía el hombre guapo que siempre fue. Junto a él llevaba su infame micrófono blanco cuando comenzó a darnos a todos la bienvenida a la grabación.
El Sr, Clark nos explicó cuales eran para nosotros los procedimientos de grabación, cuándo aplaudir, cuando parar o levantarnos para Cher, que era la primera invitada, “cuando oigáis al director dar fin al número cuatro os quiero a todos en pie para darle una calurosa bienvenida”.
El Sr. Clark comenzó a leer el prompt, una enorme pantalla de televisión que tenía delante de mí y por la que iba pasando su guión. “Sonny y Cher eran desconocidos, pero esta noche vamos a hacer historia…”
“Permítanme que les presente a Cher”. Todos nos levantamos y le dimos una gran ovación. A continuación se lanzó con su canción. La audiencia entera estaba aplaudiendo y bailando al ritmo de su música mientras dos cámaras se arremolinaban como las águilas descendiendo a través de la multitud y sobre nuestras cabezas durante toda la interpretación. Cuando ella terminó, nos pusimos en pie para darle otra ovación. Dick Clark se fue hacía Cher y ambos se abrazaron, Cher le dio las gracias y salió del escenario. Hubo un descanso y los técnicos corrieron afanosamente por el decorado para retirar o preparar las pantallas para Michael y comprobar la pirotecnia, la iluminación y otras cosas.
El momento que tanto había estado esperando estaba a punto de suceder. Dick Clark volvió de nuevo al escenario y una vez más nos explico como se iba a llevar a cabo esta actuación. Primero dijo: “Vamos a dividir esto en dos ya que es muy largo. Así que no os preocupéis por no poder ver la actuación completa. Una vez la cinta esté empalmada os sorprenderéis de cómo hicieron todo esto”. El productor le dijo a Dick Clark que leyese el prompt de nuevo pero esta vez terminando con la ovación de Cher y empezando con la introducción de Michael. Dick intentó cuando veces leer el maldito prompt pero continuaba cometiendo errores. Se echó a reír y dijo: “Esto ni siguiera es lo suficientemente divertido como para ponerlo en mi show de Bloopers”
Una vez que no hubo fallos se nos pidió que hiciéramos un aplauso de base, que terminó con el segmento de la cinta de Cher y se enlazaba con Michael. Pero cada vez que el nombre de Michael era mencionado, había una chica, a la que él se refería como “la del vestido rojo”, con la que se molestó porque gritó de una forma tan escandalosa que arruinó la grabación. Dick Clark dijo que le dejáramos terminar la presentación y entonces enloqueciéramos todo lo que quisiéramos. El productor insistió “Que todo el mundo se aleje de las pantallas”.
Eran las pantallas en las que estaban sus logotipos y la sombra de algún técnico o ayudante podía reflejarse en ellas, especialmente cuando estaban grabando, esto hacía al director y a Dick Clark enfadar. “De acuerdo, audiencia preparada, todo el mundo quieto, salid del escenario si no tenéis que estar allí y rodando en uno, dos y tres”… nos señaló… “aplausos…”, todos lo hicimos.
Entonces, la chica de rojo de la primera fila grito de nuevo antes de que el productor pudiera terminar de contar. Dick Clark, que a estas alturas ya estaba hasta las narices, dijo: ¿Podría alguien traer una camisa de fuerza para esa mujer, verdad? Todos nos reímos.
Dick también vio a un cámara corriendo cerca de la base del escenario y dijo: “Espera, ¿eres uno de los nuestros?, No recuerdo haberte visto”. El productor pidió a Dick que se calmara, que se trataba de alguien de su equipo filmando algunas escenas adicionales. Dick estaba siendo muy protector con Michael Jackson. Echó al reportero y a los cámaras de “Entertainment Tonight”.
Entretanto, nosotros pudimos ver las sombras de Michael y de sus bailarines mientras se preparaban en el escenario. Ahora podíamos escuchar los escandalosos gritos procedentes de las primeras filas. “Esperad ahora” dijo el director mientras Dick, de nuevo, comenzaba a leer la introducción de cómo fueron los inicios de Michael en su programa… “Michael Jackson es amigo mío desde hace mucho tiempo… él, prácticamente ha crecido en ese programa… y ahora, el momento que todos hemos estado esperando… ¡Michael Jackson!”
El auditorio entero cobró vida, los fans aullaban de pura emoción y los gritos de “Te queremos Michael” podían escucharse en todo el Centro Cívico. Por todas partes también se oían manifestaciones de amor y adoración que provenían del anfiteatro. Fans a mi alrededor comenzaron a llorar, “Oh, Michael, te queremos tanto”. Mientras la música de Dangerous empezaba, el suelo comenzó a sufrir sacudidas, incrementadas por los pies que daban saltos desde el balcón de arriba. El fuerte ritmo me hizo sentir escalofríos por todo el cuerpo provocando que las lágrimas se acumularan en mis ojos. El sonido vibrante de cada nota ocasionó bailes, gritos y comentarios de amor mientras Michael tiraba a su bailarín de espaldas al suelo.
Iba vestido con una brillante camisa roja, chaqueta y pantalón negro, sus infames polainas, sombrero de fieltro y esparadrapo en sus dedos, ofreciéndonos una convincente mirada… divinidad en movimiento (divinity in motion) es todo lo que puedo decir. Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras aplaudía y bailaba al ritmo de la música, viendo a los bailarines orquestar sus dinámicos movimientos por todo el escenario.
El público incluso jugó con él: gritaban “Dangerous” y entonces él gritaba más fuerte, “Dangerous”… así hasta tres veces, cada una de ellas más y más fuerte.
El segmento de la coreografía fue ejecutado con tal precisión en cuanto a movimiento que llevó a la multitud a la histeria total.
Entonces su bailarina, que iba vestida con un traje con puñales, se deslizó hacia el centro para provocar a su hombre, Michael. Michael se colocó tras ella y empezó a mover la cadera como un criminal de guante blanco y la chica peligrosamente arrojó uno de sus puñales provocando el sonido de vidrios rotos y entonces una fuerte explosión, un flash y luego humo.
Las cámaras situadas a ambos lados se lanzaron en picado hacia el frente, los lados y por encima de nuestras cabezas, hacienda un barrido de la audiencia y volviendo atrás de nuevo. Se podía escuchar el chasquido de las cámaras mientras los fotógrafos se retorcían para obtener una toma perfecta de Michael cada vez que se movía.
La pirotecnia fue un añadido que mejoró la actuación y el clima. Entonces Michael se deslizó haciendo un pequeño moonwalk, giró y arrojó su sombrero a la audiencia, se agarró la entrepierna inclinando la pelvis hacia fuera y termino con su brazo extendido en una sombrosa pose y terminó la canción. Recibió una salvaje y prolongada ovación por esto. Mike sabía que ahora poseía un absoluto control sobre nosotros y no se iba a detener. Se volvió hacia nosotros y lanzó un beso antes de acercarse a Dick Clark y abrazarlo para decirle cuánto lo quería, después lentamente salió del escenario.
Todavía podían escucharse los gritos de admiración por todas partes mientras los fans comenzaron a reunirse en la base del escenario con ramos de flores. Los acomodadores se los llevaron y regresaron a la parte delantera del auditorio, no tengo ni idea de adonde fueron. Mientras tanto, Dick Clark nos recordó que si fuera por Michael, le gustaría quedarse y hacer esto toda la noche. Un grito de pura alegría se escuchó desde la multitud cuando lo mencionó. Pero yo no quería que Michael se presionara tanto porque tenía un tobillo débil y realmente se estaba exigiendo mucho. Pero Michael, como el perfeccionista que es, quería grabar un segundo segmento para la grabación. Todos gritamos y aplaudimos encantados cuando escuchamos esto. Así que hubo un descanso de 15 minutos mientras que el equipo limpiaba y aseguraba los elementos de la pirotecnia para activar de nuevo.
Michael no había terminado completamente con nosotros y la segunda grabación fue aún mejor que la primera. Hubo más intrincados pasos de baile que terminaron con la infame luz del escenario brillando sobre él. El estruendo de los aplausos mantuvo a Michael más cerca de nosotros esta vez. Parecía muy agradecido y satisfecho de que hubiéramos disfrutado de su actuación. Nos lanzó besos a todos, junto sus manos juntas como se hace en una oración y se inclino ligeramente hacia nosotros. Una vez más, se acercó lentamente a Dick Clark y lo abrazó, después lentamente se encaminó hacia la salida. A continuación se dirigió a todos nosotros y saludó una vez más antes de desaparecer por un lado del escenario, donde una mujer rubia estaba esperándole. Nos había dejado completamente… ¡Sin habla! El tremendo apoyo que recibió Michael fue maravilloso, tanto por parte de los fans como de los no fans. Fue realmente increíble.
Mientras todo el mundo se iba para su descanso, el productor pidió a los fans que todavía estaban entre la audiencia que se congregaran enfrente de la parte delantera del escenario para poder filmar un poco de material extra. Nos pidió que gritáramos, saltáramos y actuáramos con entusiasmo mientras nos mostraba una imagen de Michael. A continuación, una vez más las cámaras laterales se pusieron en acción consiguiendo un amplio campo visual de la audiencia.
Luego todos nos fuimos a descansar. La charla y los comentarios sobre la actuación de Michael se escuchaba por todo el cuadrilátero principal del auditorio. “Oye, no creía que todavía pudiera hacer esas cosas”, “Nadie puede hacerlo tan bien como Michael, es un artista superior”, “Es absolutamente impresionante, nunca lo he visto actuar en directo, sabía que era bueno, pero por dios, ese tipo es mejor que bueno. No es de este mundo”, “Nadie puede decir que Michael está acabado, de ninguna manera, tiene mucha tenacidad”, “Es invencible”, “Fantástico”
Vimos a Dick Clark en medio de una sesión de fotos con los antiguos bailarines de su espectáculo. Pensé que sería un buen momento para hablar con él sobre Michael Jackson, de modo que le pregunté a uno de sus bailarines si sería posible hablar con el Señor Clark. Cuando le pregunté acerca de Michael y que era lo que verdaderamente sentía por él el Señor Clark respondió: “Michael es y siempre será mi amigo más querido. Michael me considera como un padre, alguien a quien admirar y respetar. Es uno de los mejores artistas dentro del negocio. Aprendió de los mejores y todavía está aprendiendo. Nadie podría hacer lo que Michael Jackson ha hecho a lo largo de los años. Me sentí tan feliz de que me hiciera el favor de venir esta noche y estoy muy feliz de que la audiencia, además le haya respondido tan bien”. Le di las gracias y estreché su mano.
Estoy muy contenta de haber tenido la oportunidad de conocer a Michael, verlo actuar y encontrarme con gente tan maravillosa de todo el mundo. El amor ya estaba ahí antes de que el espectáculo comenzara y se mantuvo mucho tiempo después de que este hubiera terminado.