Yo creía tener la certeza de que algún día podría estar junto a él, siempre he querido ir a California, pasear por la Figueroa Mountain Road y decirle cuánto lo quiero mirándolo a los ojos, ahora tendré que hacerlo mirándolo al corazón, pero ahora no podré abrazarlo de verdad, no al menos en este mundo.
Alguien dijo que 9 meses dura un embarazo y hoy hace 9 meses que Michael se fue. Pero eso es algo hermoso, porque puede que hoy haya nacido un bebé precioso en algún lugar del mundo ¿y quién sabe? Aquí tod@s creemos en su magia…
Hace unos días encontré algo que escribí hace años estando en mi pueblecito, en un lugar de la provincia de Cáceres donde el paisaje es muy parecido al de Neverland. Lo escribí una tarde primaveral sentada en lo alto de una colina en mitad del campo:
“16 de marzo de 2004.
El sol acaricia la paz de la naturaleza, mi cuerpo está aquí, mi mente en un rincón de California donde a los 45 aún se puede soñar. Tu arte es capaz de empañarme el corazón y hacer llorar el alma (de emoción, de alegría, de incredulidad), y aunque no sepas si quiera que existo, te adoro, como si a cada instante te sintiera a mi alrededor, como si cada vez que mi voluntad me lo pidiese pudiese extender los brazos y estrecharte con fuerza, mi más alta aspiración. Eres pura inspiración, un regalo del Cielo para nuestro mundo deshumanizado, y es que eres más que un hombre, eres un ser divino, un ángel. A veces me parece que tus palabras son mis palabras, que tus percepciones yo ya las he percibido, te comprendo tan bien… no eres alguien tan lejano, formamos parte del mismo mundo. Te siento dentro de mí y llegaría muy lejos sólo por agarrar tu mano y entonces yo ascendería y el mundo lloraría por no haber podido parir a otro como tú. Desde aquí te apoyo y te protejo, te venero y te defiendo. Te amo. Y desde aquí esperaré a que este milagro ocurra”
No lloréis más porque al fin y al cabo él no se ha ido, es imposible, ISITA, eso tú lo sabes muy bien ¡no se ha ido! Está aquí y no sólo porque viva en nuestros corazones, no sólo porque los genios no mueren, no sólo porque su talento esté en el aire ni porque el arte haga historia. Él no se ha ido porque le importamos, nos quiere y siempre supo lo que nosotros lo queremos a él, incondicionalmente y para siempre. No ha dejado a sus niños solos, ni a sus amigos. Alguien que tiene tanto amor para dar no se puede ir, no abandona. Y desde luego ahora está en el mejor lugar, con nosotros pero invisible, lejos de las críticas y de las humillaciones, en todas partes y en el mismo lugar a la vez, con todos pero tranquilo. Un rey no se puede ir sin su pueblo, lucha por él y su pueblo está aquí, entregado a él y procurando su gloria eterna.
Michael, te queremos.
Un abrazo muy fuerte para todas de corazón, ánimo, que no estamos solas.