Mahe
2
Hoy no ofrezco fortaleza porque no la encuentro, ni busco consuelo porque no puedo reclamarlo de quienes también lo necesitan. Simplemente recaigo aquí aunque no quisiera hacerlo pero supongo que no tengo otro lugar, a no ser que vuelva a guardarme lo que siento y solo haga gala de una fuerza que no siempre es real aunque sí necesaria. Pero aquí estoy aún sin saber si terminaré dándole a enviar a este post.
Es increible como un mal día hace que eche de menos a Michael más de lo habitual pero más increible es que cada día me siga preguntando de dónde sale tanta tristeza por alguien que debería considerar solo un cantante, una buena persona, sí, pero un cantante. Nada mío, nada real en mi vida, nada cercano a mí. Pero ahí está la sensación que me sigue sorprendiendo yendo en aumento por mucho tiempo que pase. Hoy simplemente no salieron las cosas como esperaba y necesité refugiarme en él y ahí estaba, eso no lo dudo, pero aún sabiéndolo, aún sintiéndolo, no he podido dejar de llorar en todo el día. Mientras iba esta mañana por la calle escuchando su música, su voz me llenaba tanto como me entristecía pero procuré equilibrar la balanza a lo bueno que siempre me transmite. Pero cuando llegué a casa, no pude evitar comenzar a llorar y volví a preguntarme por qué tiene este efecto en mí alguien como él, una persona que jamás conocí, a la que jamás vi. Y la respuesta fue clara: porque precisamente es EL. Tratando de evadirme de la realidad, de los problemas, le busco pero su realidad me duele más aún haciendo que a estas horas de la noche tenga ya los ojos hinchados de tantas lágrimas que no he podido dejar de derramar en todo el día.
No quisiera sentirme así, no quisiera pasar por esto porque la razón me dice que es ilógico, algo que si lo contara fuera de este lugar, me garantizaba unas miradas de incredulidad como mínimo, si no algo peor. Pero el corazón me dice que es real, que le echo de menos mucho, muchísimo más de lo que quiero reconocer en un vano intento de engañarme para tratar que la herida cierre. Echo de menos saber que en este preciso instante puede estar en algún lugar sonriendo, quizá buscando sus estrellas fugaces por la noche o charlando con la luna sobre qué nuevo paso de baile podría inventar o qué melodía está rondando por su cabeza para convertirla en canción; echo de menos la emoción que despertaba el verle en alguna aparición pública tan impresionante como siempre pero a la vez tan dulcemente tímido como cuando era un crío; el escuchar su voz a día de hoy, tan suave como una caricia en los oidos, sin tener que acudir a cds y más cds, ni entrevistas, ni grabaciones; el saber que hay una persona en este mundo con tal capacidad de Amar que su sola existencia me pueda hacer creer que este lugar quizá no sea tan malo; la sensación de sentir ese Amor a pesar de cualquier distancia, a pesar de no saber ni siquiera que existo, pero que de alguna forma inexplicable podía percibir con solo pensar en él porque así lo irradiaba a todos los que le queríamos, los que le queremos; el saber que su corazón late, que respira...
Supongo que todos tenemos días malos y que esto lo acentúa más, llegando a cortar como un cuchillo como él mismo cantaba, pero... aunque llegara a ser alguna vez el mejor día de mi vida, le echo de menos. Te echo de menos.
Otro día habrá más fortaleza, lo siento.
Es increible como un mal día hace que eche de menos a Michael más de lo habitual pero más increible es que cada día me siga preguntando de dónde sale tanta tristeza por alguien que debería considerar solo un cantante, una buena persona, sí, pero un cantante. Nada mío, nada real en mi vida, nada cercano a mí. Pero ahí está la sensación que me sigue sorprendiendo yendo en aumento por mucho tiempo que pase. Hoy simplemente no salieron las cosas como esperaba y necesité refugiarme en él y ahí estaba, eso no lo dudo, pero aún sabiéndolo, aún sintiéndolo, no he podido dejar de llorar en todo el día. Mientras iba esta mañana por la calle escuchando su música, su voz me llenaba tanto como me entristecía pero procuré equilibrar la balanza a lo bueno que siempre me transmite. Pero cuando llegué a casa, no pude evitar comenzar a llorar y volví a preguntarme por qué tiene este efecto en mí alguien como él, una persona que jamás conocí, a la que jamás vi. Y la respuesta fue clara: porque precisamente es EL. Tratando de evadirme de la realidad, de los problemas, le busco pero su realidad me duele más aún haciendo que a estas horas de la noche tenga ya los ojos hinchados de tantas lágrimas que no he podido dejar de derramar en todo el día.
No quisiera sentirme así, no quisiera pasar por esto porque la razón me dice que es ilógico, algo que si lo contara fuera de este lugar, me garantizaba unas miradas de incredulidad como mínimo, si no algo peor. Pero el corazón me dice que es real, que le echo de menos mucho, muchísimo más de lo que quiero reconocer en un vano intento de engañarme para tratar que la herida cierre. Echo de menos saber que en este preciso instante puede estar en algún lugar sonriendo, quizá buscando sus estrellas fugaces por la noche o charlando con la luna sobre qué nuevo paso de baile podría inventar o qué melodía está rondando por su cabeza para convertirla en canción; echo de menos la emoción que despertaba el verle en alguna aparición pública tan impresionante como siempre pero a la vez tan dulcemente tímido como cuando era un crío; el escuchar su voz a día de hoy, tan suave como una caricia en los oidos, sin tener que acudir a cds y más cds, ni entrevistas, ni grabaciones; el saber que hay una persona en este mundo con tal capacidad de Amar que su sola existencia me pueda hacer creer que este lugar quizá no sea tan malo; la sensación de sentir ese Amor a pesar de cualquier distancia, a pesar de no saber ni siquiera que existo, pero que de alguna forma inexplicable podía percibir con solo pensar en él porque así lo irradiaba a todos los que le queríamos, los que le queremos; el saber que su corazón late, que respira...
Supongo que todos tenemos días malos y que esto lo acentúa más, llegando a cortar como un cuchillo como él mismo cantaba, pero... aunque llegara a ser alguna vez el mejor día de mi vida, le echo de menos. Te echo de menos.
Otro día habrá más fortaleza, lo siento.