He buscado una versión en castellano para descargar pero no he conseguido encontrarla, finalmente he sucumbido a comprar el libro.
Sólo llevo 48 páginas leídas, pero en ellas hay una muestra, para mí, muy significativa de lo cruel que puede llegar a ser una supuesta amistad.
De lo dañinos que podemos ser todos, cuando creemos hacer lo mejor por alguien, de lo difícil que nos resulta, aceptar a las personas con sus virtudes y sus defectos, sin que por ello, perdamos la objetividad o se nos critique por amar sin juzgar, sin medir y sin calcular.
Sobre esto estoy muy de acuerdo con los que criticáis a éste rabino, ya que sus opiniones es lo que menos nos importa, por lo menos a mí, pero me alegro de leerlas para tener una idea mas clara de quién es éste personaje.
Pido perdón por el tocho que voy a escribir, pero me apetece mucho compartir mi opinión sobre lo poco que llevo leído.
Sin entrar a descalificar al rebino éste, desde el principio refleja muy claramente en su libro, bajo mi punto de vista, que no ha sido más que otra de las muchas personas que no ha aceptado a Michael tal como era, con sus virtudes y sus defectos, como algunos ya habéis comentado, simplemente otro más que se ha limitado a juzgar según su criterio.
Entiendo que no se puede llamar amigo a aquel que te adula de forma constante y bendice cada uno de tus pasos y tus decisiones, pero tampoco lo es, quien basándose en una supuesta amistad, te critica y pretende cambiar quien eres.
Me parece cruel que ésta persona este convencida de que intentó hacer lo mejor por Michael, cuándo en realidad, bajo mi punto de vista, no hizo otra cosa que exigirle esa perfección como persona, (perfección según su criterio claro),que él rayaba como artista.
Me hace gracia, cuando se habla de que Michael se comparaba con Dios, aunque tuviera claro que no era más que un humano, me hace gracia porque en general, quienes le hemos exigido que fuera prácticamente un Dios, hemos sido el resto del mundo, ni mas ni menos.
Además de su grandeza artística, le hemos exigido una imagen perfecta, según nuestros cánones, un comportamiento intachable, según nuestros cánones, una administración de sus bienes perfecta, según nuestro criterio, una respuesta siempre perfecta a cualquiera de las preguntas que se le hicieran, hemos esperado de él, que fuera un hombre perfecto, que encontrara una mujer perfecta y creara una familia perfecta, y supiera encontrar a las amistades perfectas, tanto es así que hemos esperado de él, incluso que perdonara a su padre y su familia, como haría cualquier hijo perfecto, cuando digo “hemos”, por supuesto, me refiero a la sociedad en general.
Puede que las intenciones de éste rabino fueran nobles o no, quizás eso ya no importa, pero lejos de criticar el comportamiento de Michael, o lejos de sentir pena por él, porque se sentara sobre sus manos avergonzado por algo que sólo existía en la sucia mirada de otros, quizás debería reflexionar sobre sí mismo, y deberían darle pena, aquellos que como él, no le aceptaron tal como era, y probablemente le hicieron sentirse culpable de su propia inocencia.
Pedirle a un amigo, que cambie su comportamiento, que aclare sus cuentas, que no se quede de nuevo a solas con un niño, cuándo para él eran los niños eran su propia vida, pedirle que perdone a su familia, a su padre en público, que se rodee de otro tipo de gente, etc.
Es como decirle, “sí eres una persona inocente, buena y sensible, pero no es suficiente, además debes ser perfecto”, es como decirle, “no seas quién eres, sé quién los demás queremos que seas” ó simplemente es como decirle “si, el mundo te trata mal, porqué tú te lo has buscado, el problema está en ti, no en el resto del mundo, compórtate como queremos que hagas”…… es de lo mas cruel.
Aún así, da a entender que hizo un esfuerzo, por intentar hacer lo que se esperaba de él, una vez más él adaptándose al mundo, sin que el mundo le conceda la oportunidad de aceptarlo a él.
Me cansa la insistencia que se hace sobre sus miedos, sus inseguridades, sus llamados “demonios internos”, cuando todo eso no parte de uno mismo, sino del trato que recibes de los demás.
Los verdaderos demonios están fuera.
Si él hubiera sido capaz, de ser cómo el mundo quería que fuera, ya no hubiera sido él, si se hubiera mostrado mas fuerte ante ciertas cosas, si hubiera sido más astuto con su entorno, si hubiera luchado de otra forma, si hubiera tenido esa seguridad sobre sus actos, su imagen, su comportamiento, si hubiera controlado todos los aspectos de su vida, con la misma perfección con la que controlaba sus actuaciones, ….a todos nos hubiera gustado, pero ya no sería Michael, esa persona maravillosamente imperfecta, que intentó ser amada, demostrando sólo algo que los demás nos empeñamos en ocultar de nosotros mismos, que sólo era un ser humano.
Por una vez…. ¿qué pasaría si en lugar de analizar cada centímetro de la personalidad, comportamiento, actitudes y sentimientos de Michael Jackson, analizásemos al detalle el comportamiento, actitud, sentimiento, tolerancia, exigencia y un largo etcétera, del resto de nosotros/ellos hacia Michael?
En general, saldríamos muy mal parados.
Me gustaría, realmente, que cada persona que escriba un libro sobre él, que escuche una sola de sus canciones, que lea un solo libro sobre él, que vea una sola de sus actuaciones, que escriba un articulo sobre su persona, que lea cualquier nota sobre él, se hiciera ésta misma pregunta, se analizara a sí mismo sobre Michael, basta ya de analizar a Michael según nosotros mismos.
A pesar de que al amor sin medida y tolerante, se le llame fanatismo o ceguera, yo me siento agradecida de ser capaz, como muchísimas otras personas que le hemos admirado y querido a lo largo de los años, de haber respetado y querido a ésta persona tal como creo que era.
Sin embargo lo que me parece más triste es que creo, que él no llegó a darse cuenta, de que no todos aperábamos esa perfección absoluta (y subjetiva) sobre su trabajo y su persona, de algún modo no fuimos capaces de liberarle de ese sentimiento del deber de hacerlo todo perfecto para mantener nuestro cariño y respeto.
Creo que lo tuvo delante todo el tiempo, personas que le mostraban su admiración, cariño y respeto en los buenos y los malos momentos, pero creo, que no lo vio, seguía prometiendo lo mejor por y para nosotros, cuando ya tenía nuestro afecto, y quién le abandonara por un fracaso simplemente no hubiera sido digno de él, la verdad es que no consigo entenderlo pero creo firmemente que se fue sin saber, sin ser consciente, realmente, de la cantidad de amor sincero que despertaba y recibía.
Creo que pudieron más unos cuantos egoístas, intolerantes e interesados, incluido el rabino éste, que le hicieron pensar que todos éramos iguales, que todos le queríamos sólo por lo que hacía y no por ser cómo era, que probablemente disfrazaron nuestro afecto de locura, fanatismo, moda o lo que fuera…
Creo que se fue sin saber cuánto le queremos.