¿Los míos? Muchos:
- Primero los demás, después los demás, y al final, yo.
- Demasiado sensible.
- Insegura.
- Me cuesta bastante abrirme a los demás, pero después... me paso.
Y muuuchos más...
En cuanto al comentario de Odoon, creo que, sin querer, al seguir hablando de ello, tal vez le estemos dando una importancia que en realidad no tiene. Espero que no se sienta mal al leer los comentarios que, sin duda, no son malintencionados. Él parece que lo haya dicho con total naturalidad y así me lo he tomado yo. Lo único que no me gusta es que Odoon considere eso como un defecto, cuando para mí, desde luego, no lo es. Afortunadamente, un hombre, a estas alturas de la vida, en pleno siglo XXI, es mucho más que unos cm. de aquí o de allá y como tal se le debe valorar. El verdadero hombre tiene muchas más armas para enamorar y muchos más motivos por los que hacerse de valer ¿verdad?
Un abrazo.